Decenas de vecinos se habían congregado a las puertas de la iglesia, dadas las restricciones por el coronavirus no podían acceder al interior, rotos de dolor, después de días de incertidumbre y búsqueda de la joven que estuvo desaparecida varias jornadas hasta que fue encontrado su cuerpo sin vida en una zona de difícil acceso en las inmediaciones del pueblo donde residía.
La misa de corpore insepulto comenzó a las 11 de la mañana oficiada por el sacerdote Pablo Jesús Garzón , que dentro de la sobriedad del acto, dedicó unas palabras en su Homilía a los asistentes.
«Un clamor estos días, para España entera, trasladar el afecto a la familia, hemos mantenido la mirada al cielo, que él también nos ha devuelto; En los momentos de dolor, la cercanía de Dios es la luz , trata de acercarse cuando nos falta todo. Dios a través de su hijo sabe lo que es el desgarro de la muerte», ha expuesto el padre Pablo en un intento de consolar a la familia y amigos de la joven.
Por último, el párroco de Cañero quiso transmitir esperanza a sus padres asegurándoles que la muerte «no es el punto final de su existencia, hay un punto y seguido, no ha escrito sus últimas palabras y seguirá escribiendo eternamente».
El féretro de Mayte fue trasladado hasta el cementerio de San Rafael para recibir sepultura cristiana.
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