Albacor rompe fronteras y amplía sus mercados en toda la zona Norte de España

El germen de la compañía se encuentra a principios de la década de los años 90 del pasado siglo. La familia del gerente de la firma, Andrés Pérez , abrió un negocio de alimentación en la década de los 60, siendo concesionarios en Córdoba de la famosa marca de embutidos Revilla . La venta de este grupo a una multinacional alemana y el consiguiente descenso de la facturación, abrió un debate sobre el futuro de la empresa. «Mi padre dio la idea a sus hermanos de apostar por el bacalao al ser un producto con menos competencia en la zona y, a pesar de unas primeras reticencias, finalmente se construyó un secadero con el que empezamos a entrar en el mercado junto a vascos y gallegos, los grandes de España en este sector», recalcó el directivo.

A partir de ahí la evolución ha sido muy positiva. En los primeros años de Albacor la instalación con la que contaban les permitía secar de una manera «rudimentaria» entre 100 y 200 kilos de este pescado a la semana. Desde entonces han ido creciendo y ampliando mercados hasta empezar a comprar directamente el producto en las lonjas del Norte de Europa, de forma que en un día normal de campaña puede llegar a preparar unos 20.000 kilos de bacalao .

Sus proveedores se encuentran en el Atlántico Norte , en países como Noruega, Islandia e Islas Feroe. Allí, este pescado se saca del mar en red o con anzuelo, según explicó Pérez. Una vez que llega al puerto, se le quita la cabeza y las vísceras y se abre en canal antes de conservarlo en salmuera. Después se empaqueta y se traslada en camiones frigoríficos a las instalaciones de Albacor en el plazo de una semana.

Los trabajadores de la empresa se encargan de terminar el proceso de curación y se clasifica el producto en función del tamaño y de su calidad. El último paso es el secado, la desalación, la congelación o el corte en función de su destino. «Desde que se pesca el bacalao hasta que se pone a la venta normalmente transcurre un mes», según informó el gerente. Pérez detalló que sus instalaciones cuentan con una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. La última reforma de las mismas se llevó a cabo en 2012, cuando se amplió la cámara frigorífica y se puso en marcha un cocedero de mariscos «buscando así un alternativa en los meses de menos ventas de bacalao».

El directivo recordó que este producto es muy estacional, ya que la campaña se inicia en septiembre y acaba en primavera, siendo la Navidad y la Semana Santa las dos fechas de mayor actividad. Pérez indicó que en esos días la plantilla se eleva desde las 22 personas que están todo el año en la empresa hasta unos 40. Sus principales mercados se encuentran en la zona Sur, aunque la comercialización va creciendo en las comunidades del Norte.