Semana Santa de Córdoba 2020
La Virgen de la Soledad no puede reinar en las calles de Lucena
El Sábado Santo se queda sin una procesión llena de tradición y de saetas
J. M. G.
No fue la de ayer la noche de saetas acostumbrada. No se vieron por las estrecheces de la Judería lucentina las ordenadas filas de penitentes ni se impregnó la Plaza Nueva de esa mezcla de azahar e incienso de cada Sábado ... Santo . No se vio desde los balcones el suave mecido de los santeros a los varales del palio negro de Santiago, no reinó, en fin, Nuestra Señora de la Soledad por las calles de Lucena, anticipando la Resurrección de su Hijo, como ha venido haciendo desde tiempo inmemorial la decana de las cofradías pasionistas lucentinas, creada en 1564 .
Quedó en el umbral de su templo de Santiago la hermosa talla del imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte , para desolación de hermanos cofrades y santeros debido a la suspensión de los desfiles procesionales de esta Semana Santa extraña y vivida esta vez interiormente, fuera del bullicio de las calles.
«Es ahora cuando Nuestra Señora de la Soledad se siente más sola, más dolorida y con un luto mucho más profundo por el fallecimiento de muchísimas personas y la enfermedad de muchas más», señalaba en un escrito a los cofrades el hermano mayor, Jesús Díaz , al tiempo que manifestaba su esperanza en que el próximo año «nos volvamos a ver todos, con nuestro cirio en la mano, para darle las gracias por habernos protegido y arropado con su manto».
La Virgen de La Soledad, la eterna enlutada de Santiago, también hubo se respetar este Sábado de Gloria el confinamiento obligado y compartido con sus devotos y cofrades y con los miles de lucentinos que cada año la esperan en un llanete de Santiago repleto, por la angosta calle Flores de Negrón en la que las barras del palio rozan literalmente con las balconadas o en su recorrido de vuelta a su barrio entre decenas de saetas de algunas de las mejores voces de Andalucía.
Como ya han hecho algunas otras cofradías lucentinas, la de la Soledad también decidía el Viernes Santo –«de acuerdo con las circunstancias especiales acontecidas este año»– aplazar sus manijerías concedidas para los tres próximos años, para que Rafael Morales Lara , que debió ser el manijero este Sábado Santo, lo sea en 2021.
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