Manuel Aguilera (Descendimiento): «Hasta 2024 no se podrán ver bordadas las bambalinas y el techo del palio»

-¿Cuál es el objetivo que se ha marcado para seguir otros cuatro años más?

-Sinceramente, ya desde la primera vez que me presenté hace cuatro años pretendía que mi mandato fuese de más de cuatro. Y más, con dos de pandemia se ha quedado un mandato bastante corto, puesto que se han visto limitadas muchas actividades que teníamos programadas. Es, sobre todo, impulsar la vida activa de la hermandad en el día a día.

-¿Cree que la vida plena en su hermandad se ha recuperado ya a los niveles de antes de la pandemia?

-Sí, la junta y colaboradores más cercanos sí tenemos una acción diaria continua y constante en la casa de hermandad que se recuperó casi inmediatamente tras la pandemia porque había muchos actos que sacar adelante. Los hermanos sí parece que algunos han estado un poquito más reacios, el parón de dos años se ha notado. Y en ese tiempo quien participaba o colaboraba de manera más activa ha rellenado esos momentos en la hermandad en otras cosas y ahora otra vez tenemos que rescatarlos. Se está consiguiendo y la hermandad del Descendimiento lo está logrando.

-¿Cómo afrontan este Viernes Santo en lo patrimonial?

-La hermandad desde que comenzó el mandato se encuentra con el proyecto de bordado del paso de palio. Se está haciendo despacito y todo el proyecto patrimonial se ha quedado reducido a eso, a intentar que el palio avance. Este año no podemos ver nada tampoco, aunque la hermandad ya contaba con el frontal y la trasera bordadas. En diciembre de 2019 se hizo la presentación de la bambalina frontal y este año lo que está previsto es que a lo largo de los próximos meses Antonio Villar termine las dos laterales. Ahora mismo la ejecución va casi por el 50%.

-¿Sigue en pie el lucirlas sólo cuando esté concluido también el techo, verdad?

-Exactamente. Está previsto que hasta 2024 no se pueda ver, incluido el techo y, si no, se esperará un año más, no hay prisa. En los presupuestos ya se contemplaba parte de este avance para el bordado en el techo. La impronta principal es la que dejó Fray Ricardo.

-¿Cuáles son las expectativas en la estación de penitencia a partir de cómo resultó el año pasado con la incorporación de la Conversión al Viernes Santo?

-Son las mismas porque el año pasado, con la incorporación de la Conversión nosotros no sufrimos ningún tipo de retraso ni adelanto. Nosotros vamos delante, pero aun así me consta que cuando el Descendimiento iba sobre el Puente Romano, Conversión ya estaba esperando en el lateral para entrar y se cogió un poquito de retraso, pero algo normal para un día que está bastante comprimido. Somos seis hermandades las que participamos en la carrera oficial y el Viernes Santo no era ya un día complejo, pero sí un día en el que los minutos cuentan mucho. Este año tenemos el cambio de la banda del palio: no nos acompañará Enrique Galán, sino Maestro Gámez Laserna, de Jódar. Y en el paso de misterio seguirá Caído Fuensanta. Y los capataces se mantienen. Las igualás ya han sido y ambas, bastante bien, hay un buen número de costaleros que quieren participar.

-¿En número de nazarenos cómo se encuentran?

-La hermandad se encuentra en un momento de crecida en ese punto. Siempre rondaba anteriormente los 250-300 y ahora raro es el año en que no son más de 300. Ese crecimiento no ha decaído.

-¿Están fomentando la adquisición de túnicas en propiedad?

-Sí, lo estamos fomentando para hacer ver al hermano que salir de nazareno es un costo bastante importante para la hermandad y que deberían de empezar a soportarlo ellos. No se está obligando, por supuesto, pero sí incentivando a que si eres un hermano nazareno y ya llevas años con la hermandad se adquiera. De hecho, se ha puesto una pequeña cuota en concepto de mantenimiento de los equipos cuando se retiran y deben abonarla a fin de que la hermandad pueda seguir generando túnicas, generando cubrerrostros, generando capas, fajines... Para el mantenimiento. Por lo menos, así, que a la cofradía no le suponga un gasto el mantener todos esos equipos al día. Hay cubrerrostros que se queman por un cirio, o una capa o una túnica que con el paso de los lavados está amarillenta, y hay que desecharla y es preciso hacer otra.

 -¿En obra social en qué están centrados?

-El comedor se hacía previo a la pandemia y luego ya cuando llegó la pandemia hubo que desechar esa idea. También toda la acción social que realiza la hermandad se hace siempre a través de Cáritas para tener una garantía de que son familias realmente necesitadas y está supervisada por Cáritas. De hecho recibimos la felicitación por parte del responsable de Cáritas en la asamblea, de que la participación es inmejorable. Tenemos tres miembros de junta que participan en Cáritas y un miembro de junta que es miembro de Cáritas diocesana. Luego se están programando actividades para los mayores de la zona y tenemos previsión también en verano de volver con los niños otra vez. Se sigue ayudando con compras de producto fresco a las familias. Tenemos que adaptarnos a los cambios que le surgen a Cáritas también. También en Navidad, hicimos la segunda Muestra de dulces conventuales. La hermandad no va a ganar mucho, no consigue ni el 20% y de lo que se trata es de fomentar ese producto. De hecho este año conseguimos que Televisión Española hiciese un reportaje en el patio de Vimcorsa. Cuando hemos terminado las monjas nos comentan que han notado afluencia de público a su convento a comprar sus productos porque le hemos dado publicidad. Han notado ese reclamo de los productos.