Los nuevos hallazgos que podrían llegar con las nuevas excavaciones en el Patio de los Naranjos de Córdoba

Las excavaciones en el Patio de los Naranjos van a continuar, pero lo que ahora se sabe es que con anterioridad a que comenzase a construirse la Mezquita de Abderramán I ya había allí una serie de edificios de gran importancia y de carácter cristiano que han levantado el interés de la comunidad científica internacional.

La intervención que comenzó en 2020 tenía como objetivo investigar aquello que ya había excavado el arquitecto Félix Hernández entre 1931 y 1942. Entonces se habían hecho «aproximaciones muy superficiales y con una lectura muy parcial», de las que quedaron fotografías de época, además de croquis y anotaciones y sobre todo planos.

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Lo que se buscaba era volver a excavar y estudiarlo con una base metodológica actual, con una interpretación de todas las fases, que además completara los elementos que habían quedado sin resolver. La idea era interpretar el lugar desde la época romana hasta la construcción de la mezquita aljama a partir del año 785.

Los arqueólogos encontraron seis o siete fases constructivas distintas, desde la época romana hasta la ocupación islámica anterior a la mezquita. Y de ahí sacaron una idea descartada: la sala de oración que mandó construir Abderramán I no estaba sobre una calle romana.

Los arqueólogos defendieron entonces que la investigación no tenía que limitarse a la identificación o localización de la iglesia de San Vicente, «sino que había que ampliar el foco para analizar un sector urbano mucho más amplio ocupado por un complejo episcopal, que existía en todas las ciudades episcopales del mundo mediterráneo». Casi una especie de barrio cristiano.

Sería un conjunto de edificios que en todas partes estaba compuesto por una basílica episcopal, un baptisterio, que es una sala para recibir el bautismo separada de la iglesia con culto, como aún sucede en muchos templos antiguos italiano, y un palacio episcopal.

Iba mucho más allá del lugar en que el obispo residía y hacía sus funciones, porque también había almacenes, capillas y todo lo vinculado con su actividad. Se conocen los restos que ahora están bajo la tierra del Patio de los Naranjos, pero es probable que se extendiera hasta donde ahora está la Puerta del Puente.

La pieza clave está en el ábside, porque los edificios de la época tardoantigua, y en especial del siglo VI, que tuvieran un ábside «sólo podrían ser una iglesia o un espacio de representación», que en ese caso estaría relacionado con el obispo.

También apareció otro edificio, que los arqueólogos creen que sería de entre los siglos III y IV, cuya identidad todavía no se ha podido desvelar a ciencia cierta.

El Patio de los Naranjos, donde tienen que continuar las excavaciones, tiene además restos de dos flases plenamente romanas, de entre los siglos I y III después de Cristo. La primera corresponde a un muro en sentido este-oeste, y hay restos de estucos y revestimientos pintados de varios colores, además de fragmentos de mosaico.

Hay otras etapas en el siglo IV y un gran muro de entre los siglos V y VI, que sería ya correspondiente al complejo episcopal. En el Patio de los Naranjos se encontró también un muro de unos 23 metros de largo flanqueado por exedras en los extremos abierto a la calle, que sería el acceso oeste al conjunto de edificios. Es decir, hacia lo que ahora es la calle Torrijos.

Ahí habría también estancias intermedias entre el acceso y el otro edificio, que sería de entre los siglos VI y VII. Las nuevas excavaciones, sí buscan en lugares en los que no trabajó Félix Hernández, podrían ofrecer nueva información acerca del complejo episcopal que estaba en el lugar en que ahora se levanta la Mezquita-Catedral.