MIRAR Y VER
Ciudad de quienes la habitan
A Córdoba la quiero próspera, pero sobre todo humana
Las Palmeras, el polígono Guadalquivir y el Sector Sur de Córdoba, entre los 15 barrios más pobres de España
Córdoba
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Iniciar sesiónUna ciudad sin sus habitantes es una imagen fija, un paisaje fantasma, la parálisis del tiempo en un espacio sin alma. Una ciudad no es un escenario donde transcurre la existencia, ni, tan solo, un lugar donde nacer o morir, como rezan las biografías ... que bendicen la vida y las necrológicas que la despiden. Una ciudad es quienes y de quienes la habitan. Y me parece que de unos más que de otros, pero nadie elige dónde nacer ni siquiera la mayoría de dónde ser. La ciudad tiene poder, marca diferencias, establece fronteras, maneras de ser y estar, límites a veces injustamente insalvables, prejuicios mantenidos, destinos inexorables.
¿Cuáles son los barrios más ricos y más pobres de Córdoba?
Baltasar LópezABC repasa la renta media por habitante de los 29 enclaves en los que el INE divide la capital
La última versión nacional del Informe Urban Audit, sobre las condiciones de vida de ciento veintiséis ciudades españolas, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y publicada estos días, lo deja claro.
Córdoba aparece como una ciudad con grandes desigualdades entre los barrios que la componen y, para este caso, desgraciadamente la estadística -se refería el autor de manera irónica a su uso- no es una de las tres clases de mentira de Mark Twain. Los resultados del estudio, basados en la renta media anual por persona, vuelven a mostrar que tenemos tres de los quince barrios más pobres de España.
Azahara-Palmeras cuenta con una renta media anual por persona de unos 600 euros al mes. Le siguen el Polígono del Guadalquivir y el Sector Sur. Tras ellos, Moreras y el Higuerón-Majaneque-Alameda del Obispo. Sus problemas son múltiples: paro, escasos o nulos ingresos, trabajos precarios, economía sumergida, analfabetismo, dificultades para la educación, vivienda, servicios públicos deficientes, que necesitan respuestas urgentes, además de creer y querer que sea posible superarlos, con medidas realistas, integrales y definitivas.
Desde que comenzó la campaña electoral hemos oído letanías de sueños, a los que les quedan cuarenta y ocho horas para comenzar -ojalá así sea- a cumplirse. Está bien soñar, porque además los sueños compartidos son el principio de la realidad. A estos barrios también se les ha pedido el voto y a buen seguro confían, o tal vez fiarse sea ya mucho pedirles, que caigan sobre ellos las promesas cumplidas como el agua de mayo, que este año nos ha enseñado, a la fuerza, lo que significa esperar. A Córdoba la quiero próspera, pero sobre todo humana.
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