La Graílla

El pecado original

Como ha pasado con 'The Times' y Romero de Torres, Franco ya es otro tópico de la España de estereotipo

La tele encendida (28/9/2024)

Habrá que inventar cualquier día de estos un bautismo laico para que los que nacieron antes que la Constitución sumerja el cuerpo entero en el agua salvífica de un nuevo Jordán de democracia redentora y salgan impolutos, libres del pecado original de haber ... visto la primera luz en época de dictadura, de haber aprendido a leer con un plan de estudios franquista o de haber dormido en una casa construida bajo las leyes del régimen creado tras la Guerra Civil.

La mención a Franco ha dejado de ser un comodín del debate político para convertirse en un tópico de una España de estereotipo: hay batas de cola, corridas de toros, sangría y un militar bajito y cruel que ha marcado su historia.

Dio la prueba el jueves pasado 'The Times', un periódico de Londres que entre el texto que dedicaron a Julio Romero de Torres y la desvencijada y caótica portadilla de internacional en la que estaba inserto debería ir perdiendo el adjetivo de prestigioso. El alcalde lo exhibió como un trofeo del éxito de las últimas exposiciones, pero aquellas líneas son más bien la prueba de que en ciertos lugares puede escribir cualquiera lleno de prejuicios anacrónicos: el régimen lo había llenado de tópicos al usar su retrato y el cuadro 'Fuensanta' para el billete de los veinte duros, y la dictadura lo había cubierto de tipismo y folklore para vender una España de charanga y pandereta, según escribió un gran poeta más de veinte años antes de la dictadura y cuando todavía faltaba medio siglo para el 'Spain is different'.

Ahora, proclamaba el tal Isambard Wilkinson, se le había quitado toda aquella pátina a la que si no llamó beata, nacionalcatólica y falangista sería por falta de sitio. Como si los últimos treinta años de buenas exposiciones, mejores libros y precios altos en las subastas fueran otra pervivencia franquista.

El texto no sería más que un error apresurado de alguien que no ha buscado en los mejores sitios de internet, pero es también ejemplo de una leyenda negra que se hace fuera y cala en esos intelectualoides con complejo de culpa que insisten en que la mejor forma de ser consecuentes con sus ideas es añadir tiniebla a la historia de su país.

Desde luego que no es para estar orgulloso de aquellos cuarenta años ni de cómo empezaron, pero en cualquier época ponzoñosa vivió, amó y creó la gente, fuera conforme, pasiva o enfrentada al Gobierno, y de todas salieron frutos. El que entonces no veía en la vida más que grisura, opresión y tristeza sigue siendo así él en democracia o utopía. En Cuba florecieron entre el hambre y la represión Silvio Rodríguez y Leonardo Padura y en la Unión Soviética Shostakovich era capaz de desafiar a Stalin.

Limpiar a los artistas y escritores de adherencias y lecturas interesadas del poder es tarea noble, así que los prometeos pueden empezar a borrar las interpretaciones miopes que padece un coloso de las letras al que se ha recluido en una cárcel de andalucismo y flamenco hasta reducirlo a títere de purpurina. De nombre Federico.

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