Silencio que grita

Siempre he procurado que mis opiniones sean constructivas, aportando alguna idea que sirva para mejorar la vida de la sociedad. Consciente de que puedo estar equivocado y apreciando las críticas que algunas veces me han llegado. He tratado aquellos temas que según mi criterio pueden interesar a los lectores. Procurando evitar que mis palabras puedan herir a las personas. Dicho esto, ¿por qué entonces detengo mi participación en un medio tan reconocido y valorado?

No es miedo a la libertad lo que me hace tomar esta decisión. ¡Es la política! Comparto las palabras de la catedrática Paloma Biglino Campos, afirmando que «los partidos políticos se han convertido en empresas de colocación de personas que no tienen otro medio de vida ni profesión que la política». «Empresas cuyo único objetivo es su perpetuación». En España no sólo pretenden perpetuarse, sino que lo hacen a cualquier precio y a nuestra costa. Por eso creo que sobran opiniones como las mías que salen del alma. Me siento frustrado por no saber llegar a la sociedad para hacerles ver el daño que representa la política de polarización y enfrentamiento entre españoles que se está haciendo. Cosa que impide unirnos en proyecto de futuro alguno. Desanimados, son muchos los que renuncian a su soberanía entregándola a unos políticos a los que lo único que les importa es permanecer en la poltrona. La guinda la ha puesto el ver al partido socialista aplaudiendo a su secretario general diciendo que la amnistía, con sus consecuencias, se dará «por el interés de España». La prudencia me aconseja callar por un tiempo para evitar decir lo que pienso.

Agradezco a ABC y a sus lectores el privilegio que me han regalado estos años. Gracias.