Esta situación ha generado polémica entre los expertos. Es el caso del catedrático de arqueología de la UCO Carlos Márquez que, en declaraciones para ABC, ha asegurado que siente «mucha pena» tras la solución que finalmente ha adoptado la Junta. Este experto ha participado en las catas arqueológicas previas al inicio de la obra.
«Podría haber sido un reto de ciudad y tomarlo de esa forma. Que se hubiese intentado conservar y a la misma vez, hacer la Ronda, a ver que posibilidades hay», ha remarcado». Sin embargo, a su juicio, «se ha optado por la solución fácil que es soterrar los restos. Eso es como esconder el polvo que barremos en cada debajo de la alfombra».
Tal y como ha reflejado la Consejería de Cultura en el informe que aceptó Fomento, antes de que se acometa el soterramiento del complejo mozárabe, tendrá que terminar de documentarse de manera completa todo el complejo religioso aflorado «garantizando su conocimiento exhaustivo y que el soterramiento no afecte a la conservación de los vestigios».
Con esta solución técnica se pretende garantizar la conservación íntegra del complejo identificado con la Basílica de Santa Eulalia de Mérida; y que se presentará un proyecto de urgencia de conservación preventiva «mediante su cubrición, ante el peligro de pérdida y deterioro, de dichos elementos con motivo de las condiciones ambientales, especialmente de la lluvia», según ha recogido la resolución de Cultura asumida por Fomento.
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