Emacsa defiende que la subida de tarifas de agua en Córdoba apenas costarán «un euro más al mes»

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, han explicado una medida que supone subir un cinco por ciento nominal las tarifas pero modificando el tramo variable de forma que a algunos clientes le va a salir muy por encima de esa cantidad.

La sociedad municipal ha incrementado sustancialmente las bonificaciones sociales que afectan a familias con pocos recursos (el máximo pasa de 800 a 1.200 euros mensuales), a pensionistas, parados y familias numerosas. Básicamente, se elevan los umbrales de consumo subvencionado hasta los 30 metros cúbicos por bimestre. También habrá más ayudas para salirse del consumidor colectivo a uno individual.

Las previsiones de Emacsa, muy modestas, aseguran que la empresa en 2024 acabará con un millón de beneficios y en 2025 se irán a dos millones. Las nuevas tarifas no empezarán a aplicarse hasta julio de 2024 por lo que el impacto en las cuentas no se conocerá parcialmente hasta dentro de dos años. Emacsa ha llegado a dar ocho millones anuales de beneficios en los buenos tiempos que se ingresaban parcialmente en la hacienda municipal como único accionista.

La subida, ha dicho el alcalde este jueves, implica recuperar un tercio del IPC acumulado en todos los años en que no se han tocado las tarifas. La realidad es que Emacsa no ha explicado al detalle el impacto en los clientes porque todo depende del consumo de cada unidad familiar.

El nuevo sistema sube los conceptos un 5% pero cambia el marco variable que es la parte gorda de la tarifa. Según Emacsa, un cliente medio consume entre siete y ocho metros cúbicos de agua. Por ello, es muy probable que las personas que viven solas o las unidades familiares de cuatro miembros vean superada con creces ese porcentaje nominal del cinco por ciento.

Hasta el momento, el tramo más barato llegaba hasta 18 metros cúbicos al bimestre y se verá recortado hasta 14. El segundo tramo más económico llegaba hasta 36 metros cuadrados y ahora se queda en 30. Si un cliente medio consume de 7 a 8 metros cúbicos al mes, eso implica que quien vive solo o en compañía de tres personas o más pueda tener -con los mismos consumos y sin ahorrar- una subida por encima de la nominalmente anunciada por Emacsa.

El nuevo sistema tarifario prevé un cuarto grupo de consumo que va a estar por encima de los sesenta metros cúbicos en adelante que, ese sí, tiene un precio especial y va a servir para castigar los gastos excesivos de agua cobrando más.

El alcalde ha asegurado que la subida es necesaria y que se está negociando con los grupos políticos el documento definitivo. Bellido ha dicho que cuenta con el apoyo (o la no oposición) de Vox y espera el de  Hacemos. No ocurre así con el PSOE que ya ha dicho que no va a estar en una subida fiscal encubierta como la acontecida con la tasa de basura. El regidor ha dicho que quien no esté en las votaciones de la financiación no va a estar en el diseño de las inversiones.

El argumentario municipal es doble. Por un lado, que la subida es muy pequeña en la generalidad de las casas, como un euro al mes. Por otro lado, que el precio del agua no es un impuesto pero que se ha diseñado de tal forma que, quien tiene más (y consume más), ayuda a pagar a quien tiene menos. Lo que se parece mucho al funcionamiento de un tributo.

Coca aseguró que Emacsa es de las pocas empresas del mundo que anima a no consumir el producto que vende. Y ese es uno de los elementos clave de la actual situación. La empresa pública tiene más gastos de personal y aprovisionamientos pero no factura más porque no vende ni limpia más agua. Sin embargo, ha previsto un plan inversor a largo plazo que supera los 540 millones de euros.