Dos cordobeses pilotando el primer aterrizaje de Vueling: «Es abrir a Córdoba las puertas del mundo»

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Los dos pilotos atienden a ABC Córdoba en la impresionante oficina de Vueling en Viladecans (Barcelona) con enorme cercanía y amabilidad. Analizan, como cordobeses de cuna, la repercusión que tendrá para la provincia esta nueva ruta. Jiménez reconoce abiertamente que «hay una Córdoba antes del AVE y otra después del AVE; espero que la ruta Córdoba-Barcelona suponga lo mismo: un antes y un después para Córdoba».

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De hecho, la nueva ruta supone colocar a Córdoba a una escala del resto del mundo. Sólo Vueling permitir conectar con otros 105 destinos mundiales, principalmente en Europa y Norte de África. Sin embargo, rozará los 200 destinos con el resto de destinos de otras compañías que operan El Prat, principalmente las de su grupo AIG: Iberia, British Airways o la novedosa Level. Antonio José explica muy gráficamente que la nueva ruta es «como abrir Córdoba a las puertas del mundo». «Es la ventana que necesitábamos», insiste Jiménez.

Han pilotado juntos durante cinco años, hasta 2014. Y ahora vuelven a reencontrarse para abrir una ruta clave para el aeropuerto de su provincia natal. «Nos pelearemos por la mañana para ver quién aterriza», bromea Roldán, que asegura que su pasión por los aviones es innata: «Yo me saqué mi licencia de piloto privado antes que el carné de conducir, lo hice con sólo 17 años». Pepe Jiménez hizo un giro en su vida porque «lo llevaba en la sangre desde que mi tío me dio un paseo, como se podía, en un avión militar por Málaga» de pequeño. «Fui profesor de INEF (Educación Física) durante siete años, pero acabé pilotando desde 1998». «Me gusta que nos llamen autobuseros, porque llevamos a la gente al lugar al que quiere ir», añade con pasión.

Para ambos, cordobeses, pilotar el primer vuelo entre Barcelona y Córdoba «es una ilusión grandísima», afirma Jiménez. «Todos los trenes AVE pasaban por Córdoba

porque no tienen más remedio. Córdoba es una de las grandes desconocidas de Andalucía a nivel turístico no nacional. Ser el primero que abra esta ruta, una ilusión grandísima. Porque la profesión de piloto es una de las que están quedando de muy vocacional. Te tiene que gustar mucho la profesión de piloto. E ir a tu ciudad, es un orgullo». Añade Antonio José Roldán que «abrir una ruta a tu ciudad y que seamos dos cordobeses los que hagamos esa ruta inicial, es un 'win-win'. Es un orgullo y una alegría. Y esto no lo cuentan hace años y no me lo creo».

También explican cómo son las condiciones del aeropuerto de Córdoba, qué se encontrarán los pasajeros. «Prefiero ir al aeropuerto de Córdoba que al JFK de Nueva York o al de Tokio», reflexiona claramente José Jiménez sobre las ventajas de un aeropuerto poco transitado que uno gigante y con operaciones cada minuto. Incide en que «todas las rutas nuevas tienen retos, la pista es corta, pero para que os hagáis una idea, Bilbao tiene 2.300 y Córdoba tiene 2.100, o sea que no es tan corta, y por supuesto sobrada para que operemos con un avión comercial. En Florencia aterrizamos en una pista de 1.500 metros».

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Roldán apunta que en cualquier aeropuerto, a pesar de que Córdoba no tiene torre de control, «cuando se desconecta el piloto automático es donde termina la técnica y empieza el arte, en el aterrizaje que controla el piloto. Además, nos gusta que nos salga bien, es la guinda del pastel». Para él, y siempre quieres que mientras más suave y relajado le hagas el vuelo, en todo mejor y digamos que el aterrizaje es el final.

«Uno de los hitos en la aviación es el primer vuelo que uno hace solo en su vida, y ese vuelo para mí fue en el aeropuerto de Córdoba. Eso siempre genera un vínculo que te une bastante con un destino y con un recuerdo; para mí fue ayer, pero hace ya 23 años», concluye. Hoy volverá a repetirlo en el primer aterrizaje de un A-320 de la historia en el aeropuerto de Córdoba con una nave de 7.000 toneladas y 186 pasajeros a bordo.