Cultivos contra la despoblación

Del día que compartimos con ellos, la excelencia de sus aceites y sus carnes, que pudimos degustar, no es lo único que permanece imborrable en mi cerebro. Grabadas en mi mente quedaron también las reflexiones de sus responsables, que nos detallaron a pie de almazara y Dehesa los beneficios económicos, sociales y medioambientales con los que la agricultura y la ganadería riegan esta comarca.

Y el Norte de Córdoba necesita especialmente actividad económica, que le ayude a arraigar sus vecinos, Porque sus cifras de habitantes cosechan bajadas un año sí y otro también. Mantener la población en sus localidades y el trabajo en el campo son, además, fundamentales para conservar sus parajes naturales. Cuando este verano España ardía, parte del combustible que alimentó las llamas era su avance por terrenos sin ningún mantenimiento.

En la visita, recolectamos los distintos obstáculos a los que se enfrentan. Uno es la PAC. El director de Olipe -tiene más de 1.000 socios-, Jesús García-Arévalo, advertía de que las ayudas de la UE no miran al tipo de agricultura que hacen cooperativas como la suya, con pequeñas explotaciones familiares y en fincas donde la mecanización es difícil o directamente imposible. Sin ese respaldo, avisó, es «muy complicado que esto siga adelante». En esta olivarera, alertaban igualmente de que, sin una adecuada ayuda comunitaria, el relevo generacional no tiene los nutrientes necesarios para germinar fuerte. García-Arévalo añadió como principal problema que sufren una sequía de mano de obra alarmante. Tienen dificultades con el Gobierno central y les resulta imposible traer trabajadores extranjeros.

A todas las Administraciones hay que pedirles que abonen el terreno para que se mantengan este tipo de negocios. Y los ciudadanos tenemos que hacer una reflexión. Cuando vayamos a comprar, deberíamos pensar -no hablo de quienes tienen la cartera yerma y no saben cómo van a llegar a fin de mes- que merece la pena pagar más por unos productos de mejor calidad, más saludables, que respetan al máximo el entorno en que se producen y que cultivan los citados beneficios económicos, sociales y medioambientales en su territorio de origen. Se trata de sembrar de oportunidades el Norte y de que sus jóvenes tengan las condiciones para hacer crecer allí sus proyectos de vida. Es la mejor forma de que a la zona septentrional le brote un futuro esperanzador y arranque la mala hierba de la despoblación.