Pedronen las molestias

Pagos en especie

El alto funcionario procesado en el caso Infraestructuras era un hincha confeso del Real Madrid. El dato no predetermina nada

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De todo este tinglado del caso Infraestructuras, tenemos claro un dato: el alto funcionario procesado por el señor juez era un hincha confeso del Real Madrid. El dato no predetermina nada. Era merengón como podría haber sido palangana. Pero era del Madrid. El ... auto del juez lo indica de forma palmaria. Entre el 5 y el 6 de febrero de 2020, el jefe de Mantenimiento de Edificios se alojó presuntamente en el Ibis Budget, justo el día en que el Madrid disputaba los cuartos de final de la Copa del Rey frente a la Real Sociedad.

Y aquí viene el otro dato digno de mención: el equipo de Florentino cayó por 3 goles a 4. Ya hay que tener mala suerte. Te dejas supuestamente sobornar como funcionario público a cambio de un mísero partido de fútbol más dos noches de hotel, y tu equipo se pega un castañazo de tres pares de narices. Es lo que tienen los pagos en especie. Que lo mismo terminas con un dolor de muelas.

Eso debió de sentir nuestro intachable jefe de Mantenimiento cuando se apagaron las luces del Bernabéu y tomó la Castellana arriba con el Madrid apeado de la Copa. Es probable que, en ese preciso instante, la cabeza del señor funcionario diera vueltas circulares en torno a la ética profesional y otras molestias neuronales.

No le duró mucho. El 25 de septiembre estaba presuntamente sentado en la tribuna del Bernabéu con un nuevo cohecho en el bolsillo. Un billete de Primera División y dos noches en un hotel cinco estrellas. El Real Madrid volvió a fallar y fue incapaz de hacerle un gol al Villarreal. No hay nada más desagradable que dejarte corromper por empresas adjudicatarias para que tu equipo se arrastre por el césped durante 90 minutos. ¿Era una señal del destino? ¿Una lección moral? ¿Un aldabonazo para reconducir su vida?

Cualquiera sabe. Pero el funcionario investigado se tenía que dar una tercera oportunidad. Y el 4 y 5 de mayo de 2022 allí estaba otra vez alojado en un hotel de alta gama. Justo el día, por cierto, en que el Madrid obró el milagro de la remontada frente al City. Ahora sí que sí, debió de pensar nuestro impecable funcionario cuando se metió las manos en los bolsillos mientras abandonaba el Bernabéu.

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