PErdonen las molestias
Guerra hortera
El poder exterminador de una despedida de soltero es tal que ya empieza a descargar su metralla antes de apearse del AVE
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Aristóteles Moreno: Esa puerta
Córdoba
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Iniciar sesiónLas despedidas de soltero son una bomba de relojería a punto de dinamitar nuestra civilización. Habrá quienes señalen otras causas. Los karaokes, por ejemplo. O el expansionismo neoimperial de Putin, que también. Pero las despedidas de soltero tienen un poder corrosivo de ... incalculables consecuencias. Solo hay que darse un paseo por la Ribera cualquier sábado soleado del año para comprobarlo. Es probable que no regrese. Al mundo real, queremos decir.
El AVE vomita cada fin de semana media docena de despedidas de soltero en la estación sin nombre de Córdoba. Que es como soltar misiles de neutrones desde el aire. La capacidad mortífera de cada uno de estos artefactos es terrorífica. Destruye la paz, arrasa la convivencia y aniquila el decoro hasta límites nunca vistos en ninguna otra conflagración mundial.
El poder exterminador de una despedida de soltero es de tal magnitud que ya empieza a descargar su metralla antes de apearse del tren de alta velocidad. Sucedió hace unas cuantas fechas y así lo acaba de acreditar una sentencia judicial. Once explosivos muchachotes tomaron la cafetería del AVE por asalto y organizaron una fiesta grunge de tal calibre que hizo falta la intervención de la Policía para desalojarlos del tren en la estación sin nombre de Córdoba.
Los terroristas de la soltería se negaron a abandonar el convoy, pese a las indicaciones del interventor, aferrados a su derecho inalienable a montar la bronca hortera donde les saliera de las narices. Hasta que llegaron los agentes del orden. El tren estuvo detenido 23 minutos y los 216 viajeros recibieron íntegramente la devolución de sus billetes, tal como obliga el compromiso de puntualidad contraído por la compañía. 7.676 euros del ala, que tuvo que abonar Renfe con el dinero de todos ustedes.
Ahora el juzgado restablece la justicia poética. Y condena a los once horteras a pagar solidariamente la cuantía de las devoluciones, a razón de 697 euros con 82 céntimos por cabeza (de chorlito). Ese mismo día, el AVE traía a Córdoba tres despedidas de soltero. Es decir: tres bombas de neutrones. Que alguien ponga fin a esta guerra chabacana. Por el amor de Camela y Georgie Dann.
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