Los «quejíos» gráficos del flamenco en Jerez

El fotoperiodista (colaborador de varios medios comunicación nacionales y locales) señala que con sus fotografías-mural pretende llamar también la atención por el estado de abandono de decenas de inmuebles del casco histórico de Jerez . Entre algunas de estas paredes se fraguaron algunas de las más sentidas páginas flamencas de la ciudad. Toro ha colocado incluso una de sus obras, la de José de los Camarones -un filosófico cantaor-, en la yesería de lo que iba a ser la Ciudad del Flamenco. Otra inversión desperdiciada en el cogollo histórico.

Entre los vecinos ha caído bien la iniciativa, aunque algunos sólo se quedaban con la versión más materialista del asunto: «Viene bien para tapar los boquetes. El barrio se muere». Los hay fatalistas. Otros, la mayoría, reconocen la labor del fotoperiodista. Toro chisca los dedos para que la meteorología no termine con su obra antes de tiempo. Pero, animoso como es, no perderá el compás por un mal aire. La colección Presencias se articula en catorce murales que ya empiezan a tener su pellizco entre los buenos aficionados.

Una labor de zapa

« El proyecto lleva 5 años desde que comenzó, pero al tratarse de un proyecto complejo y costoso nunca salió adelante por falta de apoyo, pero como creí tanto en él me dediqué a realizarlo por mi cuenta y con mis recursos y tiempo llegue a realizar algunos tan grandes como el de Manuel Moneo», dice el creativo, que redunda: «Lo que se pretende por un lado es homenajear a los cantaores, (hay que tener en cuenta que cuando lo empecé vivían todos los que tengo fotografiados, hoy día nos faltan dos de los más grandes como Manuel Agujetas y Juan Moneo «el Torta») y por otro lado reivindicar el casco histórico que está abandonado casi al completo».

 «Para mí los muros, aún casi derruidos, son los lienzos perfectos para incorporar estos 'foto-grafitis' con los retratos de los cantaores. En cuanto a la técnica es muy fácil y lo podría hacer cualquiera incluso con una impresora en A4, siempre digo que la técnica es papel, cola y mucho cariño a la hora de montarlos. Muchos se quejan de que con esta técnica el mural no dura, pero será el tiempo quien decida cuánto dura nuestro quejío».