niños con trastornos
«Más de 5.000 familias esperan plaza en un centro especializado»
en una de las zonas más deprimidas
En las Tres Mil Viviendas hay un centro, el CAIT del Polígono Sur, con las últimas tecnologías, 60 plazas y cero niños
Antonio Guerrero en un centro de educación especial CAIT en el Polígono Sur de Sevilla, las Tres Mil Viviendas
El Centro de Atención e Intervención Temprana del Polígono Sur es un CAIT con los últimos adelantos técnicos. La sala multisensorial cuenta con todos los aparatos para que los niños con trastornos puedan estimular los sentidos, vista, oído, tacto, gusto... El problemas es que ... sus cuatro profesionales destinados están cruzados de brazos porque, burocracias de la vida, no hay niños aún. «La paradoja es que hay más de cinco mil familias desesperadas en listas de espera para que atiendan a sus hijos y nosotros tenemos 60 plazas sin cubrir porque no nos han asignado aún las becas para este curso que viene», señala Antonio Guerrero, presidente de la fundación del mismo nombre.
Guerrero, uno de las voces más activas para dignificar la Atención Temprana en Andalucía, señala que «a pesar de que ha disminuido la natalidad considerablemente no ha sido así con los niños que necesitan esta ayuda». Y detalla los motivos: «Se retrasa la edad de dar a luz por la crisis económica y en algunos casos ya ronda madres con 40 años. Además, aumentan nuevas técnicas como la fecundación in vitro, con los riesgos que esto entraña». El caso es que en los últimos años, según los datos que manejan, en Andalucía se ha pasado de 20.000 a 25.000 niños con necesidades de Atención Temprana.
«Mutismo en la adjudicación de plazas»
Cuando se le pregunta por qué su centro con las últimas novedades aún no recibe niños, Guerrero habla de «mutismo en la adjudicación de las plazas». «Se reunió un comité técnico y resulta que nosotros que estamos en uno de los barrios más deprimidos de España, las Tres Mil Viviendas, no tenemos trabajo», añade. También quiere dejar constancia del caso del barrio de Almanjáyar en Granada, que con una población importante de etnia gitana no se ha creado allí ningún CAIT a pesar de que lo solicitaron.
Antonio Guerrero, por otro lado, está muy satisfecho con la nueva ley y cree que es «un paso adelante que se puede consolidar en el tiempo cuando se desarrolle». «Contempla el fomento de la participación de las familias, pues son el principal motor de recuperación del menor, y como gran novedad el desarrollo e implantación de líneas de investigación y colaboración con las Universidades», explica a la vez que da las gracias al Ejecutivo de la Junta por cumplir su palabra. «Nosotros hemos aportado 30.000 euros para el estudio de enfermedades mitocondriales [raras] en la Pablo de Olavide y estamos muy esperanzados en los resultados», concluye. Guerrero cree que podría existir un amplio consenso a la hora de aprobar esta nueva ley y tiene previsto reunirse con todos los representantes políticos.
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