El Parlamento andaluz, cerrado pero con indemnizaciones

El antiguo Hospital de las Cinco Llagas, obra debida a la generosidad de doña Catalina de Ribera, se convirtió en sede parlamentaria, como les gusta decir a los cursis, tras el advenimiento —otra palabra cursi donde las haya— de la autonomía. El edificio, que no estaba para muchos trotes hospitalarios, se restauró sin reparar en gastos . Que no falte de ná. A la vista están los suelos marmóreos e impolutos de la cafetería. Un suelo que dos obreros se encargan de pulimentar en este mes de agosto.

Con la cafetería cerrada y sin poder tomar café o lo que se tercie, ¿para qué van a ir sus señorías al tajo? En la preciosa biblioteca se adivina la figura de la persona encargada de su apertura. Allí, envuelta en la penumbra y la soledad, con una luz de Rembrandt , se sentirá en ese paraíso de los anaqueles que Borges identificaba con el paraíso. Mientras tanto, cientos de bibliotecas públicas andaluzas no abren por las tardes, o ni siquiera por las mañanas, por falta de personal. Habiendo el programa para que los viejos encuentren novia en Canal Sur , ¿para qué más?

El cronista caminaba durante esa mañana del día laborable sin encontrarse a nadie que no fuera un jardinero, o un operario que amontonaba cables en el suelo de mármol tan brillante como poco pisado. Aquella mañana el Parlamento de Andalucía estaba desconectado de Internet , que es algo así como decir que estaba fuera de la red que nos comunica con el resto del orbe. La web tampoco funcionaba. Una web que recoge como última noticia un hecho que no es histórico, pero que al menos presenta un contenido rabiosamente periodístico: las comisiones de Salud, Empleo y Turismo han cerrado el periodo de sesiones. Fecha: 30 de julio. De 2015, eso sí.

En el pasillo donde tiene sus dependencias el grupo parlamentario de Podemos hay una parlamentaria de guardia que está trabajando en su minúsculo despacho. María del Carmen García Romero se queja de algo que ve injusto. Si ella no va al Parlamento en agosto, ¿por qué le pagan la indemnización semanal de 200 euros que le corresponde por vivir en un pueblo de la provincia de Sevilla? Buena pregunta. En casos como el de los diputados que viven en Almería y que no asoman la gaita por el antiguo Hospital de las Cinco Llagas durante este mes, la cifra se multiplica y alcanza unos niveles que dan para costearse el veraneo a cuenta de la indemnización.

Si en Podemos nos encontramos con una diputada de guardia, en otros grupos ni eso. Alguna administrativa trabajando y poco más, por no decir nada: es imposible comprobar que no hay absolutamente nadie en un edificio que fue el más extenso de España cuando se construyó , y que durante este mes se encuentra en el más metafísico de los vacíos. Por no aparecer, no se apareció ni siquiera el fantasma de sor Úrsula. Visto lo que podía encontrarse por allí, el espectro habrá decidido que bastantes fantasmas hay en nómina como para agrandar el elenco.

Al Parlamento de Andalucía no le ha afectado el adelanto del calendario liguero. El fútbol oficial ya empieza en agosto. La actividad parlamentaria arrancará de forma suave y paulatina, no vaya a ser que alguna señoría sufra una hernia inguinal o de disco por el esfuerzo realizado. Será el 27 de agosto cuando se inicien -poco a poco, no hay prisas- los preparativos de las comisiones que empezarán a funcionar a partir de septiembre. En cuanto a la imprescindible función del control al Gobierno, a la vista está. El presidente en funciones de la Junta tiene las manos libres. Jiménez Barrios , más conocido como Chiqui en los ambientes políticos, puede decir algo parecido a lo que dejó caer Alfonso Guerra : Montesquieu no ha muerto del todo, pero en agosto se dedica a dormir la siesta.

El poder legislativo desaparece de la faz de Andalucía. Y esta situación provoca oleadas de protestas . No hay chiringuito playero, bar de piscina de barrio o tertulia al fresco nocturno de la calle donde los andaluces no hayan expresado ese malestar. ¿Cómo es posible que nosotros podamos vivir sin Parlamento y los parlamentarios no puedan vivir sin la indemnización que cobran por no trabajar durante el mes de sus vacaciones? El cronista querría habérselo preguntado al fantasma de sor Úrsula, pero el espectro de la monja ni estaba, ni se le esperaba. Con la cafetería cerrada, la biblioteca desierta, la web caída y las conexiones a Internet desenganchadas, el viejo y restaurado edificio parecía un navío encallado, ajeno a la marea del tiempo. Como la institución que tiene ahí su sede parlamentaria, que dirían los cursis que tampoco estaban allí.