Los motivos por los que es tan importante controlar la Mesa del Parlamento andaluz

Si importante es siempre para los partidos el control del órgano de gobierno del Parlamento, más lo va a ser con la actual configuración de la Cámara, con representación de cinco partidos políticos y sin mayoría absoluta.

La Mesa del Parlamento es el órgano de control de la Cámara Legislativa, el que decide sobre todos los asuntos que se debaten en los plenos, en las comisiones sectoriales y en todos los órganos de extracción parlamentaria, además del Defensor del Pueblo, la Cámara de Cuentas y el Consejo Audiovisual de Andalucía, y se reúne todas las semanas durante los períodos ordinarios de sesiones. Así, si un grupo parlamentario pide la creación de una comisión de investigación sobre cualquier asunto, la Mesa de la Cámara decidirá si esa comisión se lleva a efecto o si no es oportuna, siempre y cuando sume los votos necesarios para ello. Precisamente en la primera página de la agenda de algunos partidos para la Legislatura -el PP ya lo ha anunciado- está la petición de una comisión de investigación sobre el fraude de los cursos de formación.

Igual ocurre con las comparecencias de la Presidencia de la Junta de Andalucía ante el Pleno para dar explicaciones sobre asuntos de actualidad. Si la Mesa no las califica de manera favorable, estas comparecencias no se producirán. Según el Reglamento del Parlamento —que aprobaron todos los grupos políticos por unanimidad en diciembre de 2014— también corresponde a la Mesa la elaboración del Presupuesto del Parlamento, así como su ejecución y su control.

Las decisiones en este órgano se toman por mayoría de los miembros, aunque el presidente tiene un voto de calidad en caso de empate. También tiene que tener en cuenta las decisiones que tome la Junta de Portavoces que está compuesta por el presidente del Parlamento y los portavoces de todos los grupos parlamentarios.

Con la composición que se ha aprobado —y mientras no haya una resolución judicial en contra— los socialistas sólo tendrán que pactar con uno de los cuatro grupos parlamentarios restantes para sacar adelante cuantas iniciativas estime oportunas. Una situación que no es igual para el resto de los grupos políticos, que tendrán que lograr el consenso entre todos para que se apruebe alguna de las iniciativas que prentendan lograr.