La división interna debilitó a Izquierda Unida en plena crisis del Gobierno andaluz

¿Cómo se ha llegado a esto? O mejor, ¿cómo IUCA, el socio estable del pacto en palabras de su coordinador general, Antonio Maíllo , ha intercambiado los papeles con el PSOE, donde el adelanto electoral era tema recurrente? Algunas respuestas a esta pregunta, aunque no a todas, en relación a esta fractura están en la división interna mostrada estos días por la federación de izquierdas. Porque bajo un discurso oficial donde no ha habido disidencias, todos sus dirigentes han cerrado filas para defender la, en su opinión, legalidad de la actuación de la Consejería de Fomento, sí se podían apreciar dos formas distintas de plantear una solución para esta crisis.

De un lado, estaba el sector más posibilista y pragmático , aunque también menos numeroso en la dirección de IULV-CA, encabezado por el vicepresidente, Diego Valderas , que siempre ha apostado por la estabilidad del pacto y que, ante situaciones mucho más complicadas que la corrala Utopía , ha optado por la negociación en privado con el PSOE para resolver escollos nunca aireados en prensa.

En el otro extremo se situaban los que defendían una opción más radical, representada por la consejera de Fomento, Elena Cortés, más conectada con los movimientos como el 15M o la PAH, y más dispuesta, en definitiva, a plantear un pulso, como ha sucedido, a la presidenta del Ejecutivo, Susana Díaz, y poner en cuarentena el pacto de Gobierno, para sacar adelante sus propuestas.

Ambas corrientes están en el ADN de una formación que intenta ser a la vez, como afirma un político veterano, ser un «partido de sistema y antisistema, sorber y soplar a la vez». Esa contradicción la ha evidenciado IULV-CA en el desarrollo de esta crisis, donde tras los primeros intentos de mediar del vicepresidente andaluz Valderas, se decidió mantener un hasta ahora inédito pulso con la presidenta, que se cerró esta madrugada pasada con la devolución de competencias en la Vivienda.

No obstante, a pesar del acuerdo de última hora, esta división ha debilitado a IU, por cuanto Maíllo, un dirigente sin experiencia en negociaciones de este tipo y que, según fuentes consultadas, ha mostrado carencias en ella, ha renunciado al realismo y asumido las tesis de ese sector más radical.

La publicación del decreto que quitaba las competencias a Fomento y el contraórdago de IULV-CA suspendiendo temporalmente el pacto fueron el, por ahora, último capítulo de esta escalada de tensión previa a la llegada del acuerdo final. En este punto, han intervenido el coordinador general de IU, Cayo Lara , y el secretario general del PCE, José Luis Centella , para intentar salvar el pacto. A ello contribuyó de manera fundamental Centella, quien tiene una excelente relación con la presidenta de la Junta. No obstante, que duda cabe que habrá un antes y un después de este desentendimiento entre los socios de gobierno de la Junta.