La Junta financió a una federación de UGT con 180.000 euros del «fondo de reptiles»

La Junta concedió la «ayuda excepcional» a la federación del sindicato orientada a los trabajadores autónomos «sin procedimiento alguno». Ésta es la tesis que defiende la propia Administración autonómica para declarar nulas todas las ayudas directas concedidas a empresas, instituciones y ayuntamientos con la partida 31-L destinada a empresas en apuros.

Apenas tres meses después de conceder la ayuda a la UPTA-A, que la solicitó en febrero de 2003 (en vísperas de las elecciones municipales), la Junta, a través del IFA, hizo una transferencia a su favor por el importe comprometido. ABC tiene en su poder el justificante de la operación bancaria realizada el 17 de septiembre de 2003, documento que forma parte del voluminoso sumario del caso de los ERE fraudulentos, que ya acumula 123 imputados.

Poco le importó al Gobierno andaluz presidido entonces por Manuel Chaves que el destino de la subvención, una campaña para prevenir accidentes entre los autónomos, poco o nada tuviera que ver con la filosofía que inspiraba el fondo opaco de los ERE, concebido para «garantizar la paz social» y apagar los conflictos laborales. Guerrero, imputado en el caso y considerado uno de los principales actores en la trama de las prejubilaciones trucadas, otorgó la «ayuda excepcional» de 180.000 euros a UPTA-A mediante un convenio de tres páginas. La finalidad de la subvención se despacha en un párrafo que apenas concreta en qué consiste el plan de la organización sindical.