PSOE y Podemos logran retrasar el Pleno del TC con sus escritos

Fuentes de este sector entienden que no se pueden desvincular estos escritos del recurso de amparo que ayer presentó el PP pidiendo la suspensión de las polémicas enmiendas, que reforman por la puerta de atrás la Ley Orgánica del Poder Judicial y la que regula al TC para posibilitar que la mayoría progresista se haga con el control del tribunal cuanto antes.

Esas mismas fuentes recuerdan que al pedir el escrito de Unidas Podemos la recusación del presidente del TC, Pedro González Trevijano, y del magistrado Antonio Narváez, no se pueden resolver las cautelarísimas sin abordar antes esta cuestión.

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Marta Martínez

Los socialistas se personan ante el máximo órgano de garantías horas antes del pleno extraordinario que decidirá si impide la votación del cambio del sistema de nombramientos del CGPJ y el propio Constitucional, como pide el PP

Trevijano y Narváez son los magistrados que, junto con los dos que corresponden al CGPJ, tendrían que haber salido del tribunal el pasado junio. En su caso ya tienen sustitutos: el exministro Juan Carlos Campo y Laura Díez. No han tomado posesión todavía porque la Constitución prevé una renovación por tercios, aunque precisamente una de las enmiendas discutidas posibilita esa toma de posesión aun cuando el CGPJ no haya nombrado a los suyos.

Los dos socios de Gobierno logran así el primero de sus objetivos: dilatar la deliberación, en un intento de salvar la aprobación de la reforma en el Congreso. Y es que este retraso del Pleno podría ser clave en el caso de que el TC decidiera aceptar las medidas cautelarísimas solicitadas por el PP en el recurso de amparo que presentó ayer. El Gobierno pretende materializar su reforma a través de unas enmiendas introducidas en la ley que eliminará el delito de sedición y rebajará las penas de malversación. Y la votación de esa proposición de ley está prevista para las cinco de la tarde, aunque esta hora podría variar.

El fallo del TC, en caso de ser suspensión, debe producirse antes de la votación. Su efecto no es inmediato, es decir, no sirve que el TC alcance el fallo sino que éste debe ser comunicado a la presidenta del Congreso formalmente a través del Registro. Y aquí si hay una cuenta atrás: las seis de la tarde, hora a la que cierra este departamento.

Tras dilatar, el siguiente objetivo de PSOE y Unidas Podemos es evitar que el TC asuma los argumentos del PP y decida suspender la votación de esta tarde. Para ello, además de los escritos presentados ante el propio constitucional con argumentos en contra de la suspensión, el propio Gobierno se ha lanzado a una campaña de deslegitimación y presión contra el máximo órgano de garantías, radicalizando su posición e imitando a Unidas Podemos.

Ministras como María Jesús Montero o Isabel Rodríguez han advertido que el Ejecutivo se tomaría una suspensión de las enmiendas como «un atropello sin precedentes de la democracia y una crisis institucional». Pero también el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, se ha manifestado en la misma línea asegurando que se trataría de una «intromisión del Poder Judicial, con algunos miembros caducados, en el legislativo». Unidas Podemos ha llegado a asegurar por boca del presidente de su grupo parlamentario, Jaume Asens, que la democracia española se encuentra frente a su mayor «amenaza» desde el 23-F.