Análisis
Consolidarse en Cataluña para ganar La Moncloa
La calma relativa por la que atraviesa el PP catalán tras la decisión de aplazar sin fecha su congreso es una oportunidad para recomponerse y reforzar estructuras
Tregua entre Génova y el PP catalán para recuperar Cataluña
Se ha convertido en un lugar común referirse al PP catalán como un «partido complicado», lo normal tras muchas décadas de luchas sicilianas y vaivenes estratégicos, siempre al albur de las decisiones, a veces ocurrencias, que se toman desde la calle Génova.
Extrañamente, ha ... sido tras una de las épocas más convulsas, cuando el enfrentamiento entre el líder de los populares catalanes, Alejandro Fernández, y la dirección nacional apuntaba a otra noche de cuchillos largos, cuando el partido ha logrado cierto equilibrio, una extraña 'pax pepera' que se explica, sobre todo, por la decisión del partido de no abrir el melón de los liderazgos, esto es, aplazar sin fecha la convocatoria de un congreso autonómico que ahora no interesa a nadie. No es que sea una decisión ejemplar, pero es seguramente la más conveniente cuando tampoco se tiene claro qué hacer.
Ni le conviene a la dirección nacional, que no tiene un recambio lo suficientemente sólido para relevar al resucitado Alejandro Fernández, ni al propio presidente del PPC, que tras el buen resultado de las elecciones del 12 de mayo –de tres a quince diputados y por delante de Vox– se ha visto reforzado, afianzado en su línea de oposición dura al nacionalismo frente al espejismo de quienes, desde la distancia, siguen creyendo que el espacio político del catalanismo moderado, arrasado por el 'procés', aún es practicable con las mismas formas de décadas pasadas.
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Dirección nacional y dirección autonómica ya llegaron antes de las elecciones a una 'entente cordiale' según la cual Fernández revalidaba su candidatura y Génova, con Dolors Montserrat como referente y voz decisiva, componía la lista en el Parlament. Los resultados acompañaron, el mejor bálsamo, y aunque la política de pactos del PSC otorga al grupo popular nula incidencia, el secuestro de Junts por parte de Puigdemont sí da al PP la oportunidad de erigirse en referente opositor del centro-derecha: seguridad, infraestructuras... el campo es amplio.
En cuanto a la reorganización interna, con 15 diputados y cerca de 200 concejales no hay excusa para no ponerse a trabajar y levantar los ánimos de una militancia que, en el territorio, en las pequeñas y corajudas agrupaciones locales, se ha sentido en los últimos años a la intemperie. La calma relativa por la que atraviesa el partido es una oportunidad para recomponerse y reforzar estructuras, algo imprescindible también si se quiere dar el empujón electoral que se requiere en Cataluña para que al PP nacional le salgan los números para llegar a La Moncloa.
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