Malestar militar por enviar medios a Libia sin evaluar los riesgos
«Vamos a una zona de despliegue completamente ciegos y sin información»
PALOMA CERVILLA
La forma en la que España ha diseñado su participación en la coalición internacional, encargada de hacer cumplir la resolución de la ONU para la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia, ha llenado de malestar a un amplio sector de las Fuerzas ... Armadas. Dos son los principales reproches que le hacen al Gobierno: primero, que no haya hecho ningún tipo de evaluación de los riesgos que pueden correr los militares y, segundo, que el Ministerio de Defensa impusiera los medios aéreos y navales que había que enviar a la fuerza internacional.
Desde el momento en que España decidió su participación en esta operación, uno de los mayores obstáculos con el que se encontraron los responsables políticos fue el desconocimiento y la falta de información que existía sobre la zona. La inteligencia que se tiene sobre Libia es «prácticamente nula», según aseguran las fuentes militares consultadas por ABC. Del equipo de analistas que tiene el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) en el área del Magreb, solo uno está dedicado a Libia, junto con Túnez. Por lo tanto, la única información que se tiene procede de «fuentes abiertas y de organismos internacionales».
Esta falta de inteligencia militar hizo que, en el momento de la toma de decisiones sobre la operación, no se contara con lo que se denomina «Juicio de Inteligencia». Ello supone que no se pudieron analizar «los documentos y valoraciones a partir de los cuales se aconseja al mando lo que tiene que hacer. En la actualidad, el Mando de Operaciones no cuenta con inteligencia militar que pueda apoyar en la toma de decisiones o para que el jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) asesore de manera correcta a Defensa», siempre según la versión de las fuentes militares consultadas.
El Cifas, al margen
La constatación de esta carencia llevó a que se plantearan la posibilidad de desplegar personal especializado en el área. Sin embargo, esta alternativa no prosperó y «el Cifas ha quedado fuera de la operación militar», ya que no se ha montado ninguna célula de seguimiento que «pudiese de alguna manera mantener un contacto con la estructura de mando y realizar un seguimiento».
Esta situación ha causado perplejidad en el seno de las Fuerzas Armadas. Las fuentes llegan a asegurar así que «estamos desplegando fuerzas sin tener una valoración de la amenaza que se pueden encontrar. Vamos completamente ciegos a una zona de despliegue para cumplir una misión con una alta posibilidad de tener bajas. Hemos mandado a gente sin saber en absoluto qué era lo que se podía encontrar». En este sentido, aseguran que la operación debería haber estado preparada desde «muy atrás o contar con alguien que esté llevando a cabo un seguimiento continuo de la zona. Si no es así, los riesgos que asumes son altísimos».
El envío de este contingente sin tener una evaluación de los riesgos de la zona a la que van, según la versión de las fuentes consultadas, ha provocado irritación entre militares, que aseguran que «nos hemos metido en un avispero sin tener en absoluto conocimiento de dónde nos metemos. No existe ningún tipo de valoración de la amenaza, ni evaluación de cómo pueden sucederse los acontecimientos, ni documentación militar».
Medios impuestos
Al margen de esta falta de informes analíticos sobre la situación, las fuentes apuntan que los medios que se han enviado a Libia han venido impuestos desde el Ministerio de Defensa. «Allí alguien ya había decidido qué es lo que se iba a desplegar. Completamente al contrario de lo que se hace en un proceso normal de planeamiento, ya que esto debería haberse elaborado en la División de Planes del EMAD».
Las valoraciones que realizan a ABC las fuentes militares consultadas es que «la cosa pinta mal, pero sobre todo pinta largo, muy largo». Además, buscando una explicación a lo que ha sucedido, no quieren imaginarse qu «habría ocurrido si alguien hubiera hecho una valoración que dijese algo (delicado sobre las consecuencias de la intervención y ese informe llega a filtrarse... pues tendrían un problemón. Ante eso, no se pide nada, y se acabó».
Finalmente, estas mismas fuentes advierten de que nadie puede pensar que esta guerra se gana solo con aviación y desvelan que la Armada, de manera extraoficial, ha ofrecido un batallón de desembarco de la Infantería de Marina.
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