Y Rajoy ganó Madrid
Estuvo a punto Casado de quemar su carrera política por hacer caso a los bravucones que le empujaron al abismo
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Iniciar sesiónSólo desde el centro se gana y en el extremo sólo se pierde. Tras la debacle del Partido Popular en las elecciones generales, Pablo prescindió de aznarismo y de sus truculentos terminales mediáticos para recuperar la mejor herencia, conservadora y moderada, del presidente Rajoy ... . Y así ha retenido la Comunidad y ha recuperado la capital, y cuando le daban por muerto ha ganado tiempo y crédito.
Ahí está el radicalismo Vox, decisivo en algunos feudos pero siempre desde una minoría casi residual; y derrapa en el gatillazo de lo que nunca eclosiona la oportunista estridencia de Ciudadanos.
Yo también sé gritar y tengo bastante gracia faltando a la izquierda. En algunos artículos me divierto mucho haciéndolo y me consta que algunos lectores los celebran pidiendo un gintónic -y a veces dos. Pero la política es algo más serio que desahogarse y el presidente Rajoy lo entendió mejor que nadie en la derecha, con su gobierno moderado, posibilista y de vocación mayoritaria.
Gritan desde el rincón de los marginados las histéricas que le llamaban cobarde, y que cobardemente propiciaron que la moción de censura triunfara y que Pedro Sánchez ganara las elecciones. Gritan y continúa gritando, en lugar de pedir perdón por el daño que nos han causado.
Estuvo a punto Casado de quemar su carrera política por hacer caso a los bravucones que en nombre de la valentía le empujaron al abismo. Valiente no es quien más ladra , sino quien sabe pensar para ganar y poder llevar a cabo las reformas necesarias.
El Aznar moderado, pactista y centrista de su primera legislatura ganó las elecciones por mayoría absoluta. El Aznar arrogante, bronco y maleducado de la segunda condenó a su sucesor a la oposición y no fue sólo por culpa del «quién ha sido»: hacía semanas que la tendencia era claramente perdedora.
Pablo Casado es un hombre inteligente y rápido de reflejos, y aunque fue de un volantazo, cambiar el aznarismo por el marianismo le ha abierto el camino para llegar más temprano que tarde a La Moncloa. La derecha española no puede ser rehén de sus vacas más locas ni dejarse llevar por la frivolidad de los oportunistas que todo lo convierten en un estéril juego onanista.
Desde su respetuosa retiro y a pesar de la campaña de insultos y descrédito, la inspiración del presidente Rajoy ha levantado en Madrid un dique de contención contra la barbarie, y le ha mostrado el camino al partido y a su nuevo líder para recuperar el centro y el poder, mientras a lo lejos gritan las hienas, siempre perdedoras, siempre hambrientas.
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