El «No a la guerra» de Libia de los actores

El manifiesto, redactado por la escritora Rosa Regás, será presentado el próximo lunes en el Teatro Lara de Madrid y cuenta con la adhesión de representantes del mundo de la cultura, la universidad y miembros de ONG y movimientos sociales. «De nuevo nuestra conciencia se debate entre las historias que nos cuentan y lo que vemos con nuestros propios ojos. En el mejor de los casos, y considerando que tenemos tan poca información de una parte como de la otra, nos debatimos entre la convicción y la duda, no de que la guerra sea justa, que ya sabemos que no lo es , sino sobre los motivos que la han provocado, de la poca firmeza de los argumentos que nos dan y del absoluto desconocimiento que tenemos de cómo hemos llegado a esta situación siniestra», explica el manifiesto.

Regás recuerda en el texto que las potencias occidentales justificaron la actuación en Libia porque contaba con el aval de Naciones Unidas, pero por esa razón se pregunta « por qué no protegen igualmente Bahrein, Yemen o Siria » si también están sufriendo «angrientas matanzas provocadas por sus dictadores». A su juicio, no se trata de una misión humanitaria porque «los ataques ya han provocado muchas más víctimas de las que había», al tiempo que subraya que, si la intervención se ha basado en estos términos, no entiende «por qué no socorren igualmente a los saharauis o por qué la comunidad internacional ni siquiera parpadeó cuando a principios de 2009 los israelíes, en 15 días y con ataques por tierra mar y aire, acabaron con la vida de más de 1.500 personas en Gaza».

Para la autora, la intervención militar en Libia no representa a la comunidad internacional porque en ella no participan países como Alemania, Rusia, China, India, Turquía ni con la mayoría de naciones latinoamericanas. «Hemos aplaudido las victorias populares en Túnez y Egipto mediante ejemplares revoluciones no violentas. Hubiéramos querido que, cual fichas de dominó, los demás dictadores hubieran caído mediante parecidos procesos pacíficos de manifestaciones callejeras y huelgas obreras», señala.

Sin embargo, Regás recuerda que «esto no ha podido ser así en varios países árabes», ya que «en Bahrein una coalición militar encabezada por Arabia Saudí ha invadido esta pequeña isla para frenar la revuelta popular sin que la ONU haya movido un dedo», mientras que «en Libia, Yemen y Siria la violencia del Estado se ceba contra los opositores».

La escritora y ex directora de la Biblioteca Nacional recuerda que Muamar Gadafi ya era un dictador cuando fue recibido «con honores en España, Francia, Italia o Gran Bretaña» o que «el Rey de España fue recibido en Libia con las mayores pruebas de amistad y respeto». « Nunca lo denunciamos por ser dictador, ni siquiera se lo echamos en cara . Tuvimos 40 años para hacerlo pero no lo hicimos, es más, incluso le dimos la Llave de Oro de la Villa de Madrid y le dejamos plantar su lujosa jaima en los jardines de El Pardo. Era gracias al petróleo que nos enviaba, ¿y no será que ahora queremos más y ya no aceptamos depender de la voluntad de un loco? Sí, todo parece indicar que ésta es la razón», afirma.