Sólo los aplausos han roto el respetuoso silencio a la llegada de los restos mortales de Celia. El coche fúnebre llegaba repleto de coronas. Flores llenas de cariño, llegadas desde todas partes de España para homenajear a la joven y para arropar a una familia ... destrozada por la pérdida. La iglesia se ha quedado pequeña para tanto cariño. Torrelavega sigue conmocionada por este asesinato inexplicable. Es muy difícil decir adiós a una vecina tan joven, una chica ejemplar, que apenas estaba empezando a vivir y que tenía un prometedor futuro por delante. Después de la misa, de nuevo, una respetuosa ovación. La última antes de que los restos mortales fueran incinerados en la intimidad de la familia.-Redacción-
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