Torra filtra los 21 puntos que el Gobierno oculta desde diciembre

Desde la reunión del pasado 20 de diciembre, el Gobierno se negó a hacer público el documento entregado aquel día por Torra . Ahora, la Generalitat juega sus cartas y considera que es el momento de poner sobre la mesa las condiciones que el secesionismo, institucionalizado en la figura del presidente autonómico, plantea al Ejecutivo para «solucionar el conflicto entre España y Cataluña», que sobre todo son las reivindicaciones de las formaciones independentistas.

Así, el texto señala que España vive una profunda crisis institucional que, «buena parte de esta», es debido a «la no superación total del franquismo» . Y que el secesionismo catalán «es un movimiento en positivo, de afirmación, que no va contra nadie», que quemó su último cartucho con el Estatuto de 2006, pero que «un tribunal político» (el referencia al Tribunal Constitucional) enterró para siempre.

Por lo tanto, la Generalitat, en manos de los independentistas, propone a «España» 21 propuestas estructuradas en tres ejes. El primero, para que Cataluña obtenga la secesión, «reconociendo» y haciendo «efectivo» el derecho de autodeterminación ; la intervención de «una mediación internacional» para garantizar la negociación; y, entre otros aspectos, que se investiguen «los abusos policiales y económicos ejercidos contra el pueblo de Cataluña». Eso sí, «dejando atrás» la vía judicial que, precisamente, vivirá su momento álgido a partir de la semana que viene con el inicio de la vista oral en el Tribunal Supremo del juicio por el 1-O.

El segundo eje hace referencia a la «necesidad» de regenerar España. Para esto, Torra propone «garantizar la separación de poderes»; poner fin al «deterioro de la imagen de España en el mundo»; «respetar los Derechos Humanos»; y, por ejemplo, «poner fin a la complicidad de cuerpos policiales y aparato judicial con la ultraderecha».

Finalmente, en el tercer eje se propone la «desfranquización de España» . Unas medidas que, sobre todo, se rigen por la premisa de que en España sigue imperando «la cultura franquista», hay «impunidad con las actitudes fascistas» y hay que afrontar «un debate sobre la monarquía».