Soraya Sáenz de Santamaría: «No se puede poner un precio político a la igualdad entre los españoles»
Cuatro años de estrecha colaboración con Rajoy han sido su aval para ser la persona en la que se sustente la política del PP para la reforma de los estatutos de autonomía

-Ha pasado de ser casi una desconocida a ocupar un cargo de suma importancia en el PP. ¿Cómo ha sido recibida?
-La verdad es que muy bien. La gente está muy ilusionada con la creación de la secretaría de Política Autonómica y Local la importancia que tiene el asunto en este momento, y con una máxima disposición a colaborar. Yo ya hacía documentos de estos temas, por lo que ha sido reforzar un poco mi papel.
-Se le atribuye un papel muy importante en la Ley de Uniones Civiles Estables. Hay muchos en el partido que la encuadran en un sector más aperturista del PP. ¿Se siente parte de dicho sector?
-Pues no. La idea de la aprobación de una ley sobre uniones civiles estables es una propuesta que llevábamos en el programa electoral. Ahí se debatió y estábamos de acuerdo en que había que dar un marco jurídico a ese tipo de parejas y buscar un estatus adecuado a las mismas.
-¿Sin resistencias por parte de nadie del partido?
-No lo he notado.
-Va a encargarse de uno de los temas más importantes de esta legislatura, como es la reforma de los Estatutos de autonomía, y pronto se va a celebrar una conferencia de presidentes. ¿Qué actitud adoptará el Partido Popular?
-Lo primero que deberíamos conocer es qué temas va a plantear el Gobierno en esa conferencia. Las conferencias no pueden quedarse en una foto, tienen que tratarse cuestiones que el Ejecutivo quiera plantear a las Comunidades. El PP va a ser constructivo, pero no se pueden organizar cosas de este nivel sin dejar muy claro qué se va a abordar y cuáles van a ser sus funciones. En estos temas no se pueden hacer las cosas precipitadamente y, por buscar una determinada imagen, hacer prevalecer las formas sobre el contenido.
-A estas alturas ya se conocen muchas propuestas de reforma estatutaria. Por ejemplo, en Madrid, gobernada por el PP, se quiere un cambio de las circunscripciones electorales. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los populares?
-Nuestra posición en la reforma estatutaria está muy clara. Hay una premisa esencial: la igualdad de los españoles no admite componendas y ha de salvaguardarse en todo caso. No se puede jugar ni poner un precio político a la igualdad entre los españoles, y dentro de esa premisa general está, primero, el respeto a la Constitución, y en segundo lugar, la necesidad de llegar a un consenso grande entre los dos principales partidos políticos, PP y PSOE, que representan a cuatro de cada cinco electores. Pongo un ejemplo muy de andar por casa: si para cambiar los estatutos de una comunidad de propietarios se tienen que poner todos ellos de acuerdo porque es la norma de convivencia de un inmueble, ¿cómo no nos vamos a poner todos de acuerdo en modificar la Constitución? El tercer elemento es el doble consenso. Los estatutos de autonomía deben nacer de la voluntad de los Parlamentos autonómicos, pero esa voluntad debe nacer también en el Parlamento nacional. No basta con dar el visto bueno a lo que salga de las Comunidades. Los estatutos son normas que afectan a todos los españoles.
-Admitiendo esas premisas, es evidente que no son iguales las propuestas de modificación estatutaria de las distintas Comunidades.
-Insisto: el límite esencial es la igualdad entre los españoles. No podemos buscar asimetrías en relación con distintas demandas.
-Pero si esas demandas no son iguales...
-Deben ajustarse a la actualización que en cada Comunidad los ciudadanos demanden y garantice mejor su bienestar. Hay que cambiar la perspectiva del sujeto. No estamos hablando de territorios que, en esa asimetría, puedan llegar a distinta evolución. Estamos hablando de ciudadanos y del disfrute de una serie de necesidades básicas. Actualización, sí, conforme a las necesidades, pero siempre preservando la igualdad real de los españoles.
-Ustedes están a favor de la presencia de las Comunidades autónomas en los órganos decisorios de la UE. ¿Por qué ahora sí y no cuando gobernaba su partido?
-Durante los gobiernos del PP se avanzó muchísimo. Esa fue la cuestión que Mariano Rajoy, como ministro de Administraciones Públicas, más impulsó. En el último programa electoral llevábamos incluido un fortalecimiento de la participación de las Comunidades en los cauces internos de formación de la voluntad del Estado, porque tienen que ejecutar unas políticas europeas que las afectan directamente.
-Pero eso ocurre desde hace mucho tiempo.
-Sí, y los gobiernos del PP impulsaron profundamente la participación. Lo que queremos es que esa participación sea sensata y operativa y queden muy bien cerradas las cuestiones de procedimiento. Estamos hablando de una Europa de 25 miembros en la que el Estado español tiene que incardinar al conjunto de las Comunidades. Pedimos reflexión, serenidad, no anuncios precipitados, sino un procedimiento que sea operativo. Lo que ha de preservarse es que sea el Estado el que aúne desde dentro esa participación, representarlas, representar el interés de todos y, por supuesto, seguir respondiendo ante el conjunto de la Nación del resultado de esas negociaciones.
-Las elecciones locales y autonómicas son el preludio de las generales. ¿Qué vaticinio hace de lo que pueda pasar en el año 2007?
-Son también un fiel reflejo de lo que la sociedad ve en general del Gobierno de la Nación. Con los antecedentes de cómo está actuando el Ejecutivo tengo muy buenas perspectivas.
-¿Cree que la crisis del PP de Madrid está solucionada?
-Ha puesto en evidencia que hay un proyecto político en el que todos tenemos mucha ilusión, que es único, que hay diálogo, unidad, generosidad por las partes, que la gente habla, presenta sus puntos de vista, que alguno puede pensar que está más capacitado, que lo puede hacer mejor, y cuando se soluciona, se pone a trabajar al día siguiente para lo que hay que hacer.
-¿Quizá esta crisis ha puesto también de manifiesto que hay un líder con otro estilo?
-Cada uno es como es, y eso no lo puede cambiar. Mariano Rajoy es Mariano Rajoy, con un estilo y una personalidad propios, y todo lo que haga estará imbuido de ese estilo.
-¿Tanto la crisis de Galicia como la de Madrid han servido para afianzar su liderazgo?
-Creo que el liderazgo estaba muy afianzado. A lo mejor lo veíamos los de dentro, pero quizá le sirva también a la opinión pública para ver lo que los de dentro teníamos muy claro, que su liderazgo era muy firme.
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