«Yo me siento muy cómodo siendo centrista como Aznar y Rajoy»
Javier Arenas, (Sevilla 1957) cruza más veces Despeñaperros en una semana que el pasillo de su casa. Diputado y líder andaluz del PP, ha echado el resto para convencer a los escépticos de su partido
Javier Arenas, (Sevilla 1957) cruza más veces Despeñaperros en una semana que el pasillo de su casa. Diputado y líder andaluz del PP, ha echado el resto para convencer a los escépticos de su partido (alguno confeso como Zaplana) de que el Estatuto andaluz había ... quedado limpio como la patena -éste sí- antes de que el PP estampara su firma. Cuando se le recuerda que «por culpa» de haber pactado con Chaves vuelve a estar en el ojo del huracán nacional ruega volver a su corazón y a sus asuntos. O sea, a Andalucía, no sin antes salpimentar la charla haciendo profesión de fe centrista frente al cacareo de algunos medios.
-Después de corregir 150 artículos del Estatuto que elaboró Chaves, ¿está satisfecho usted y, sobre todo, están satisfechos sus compañeros del PP?
-Sí. Creo que hemos hecho un buen servicio a Andalucía y a España. Teníamos dos opciones: dejar que corriera un Estatuto de izquierdas radical, inconstitucional, y provocar una confrontación en Andalucía sobre un problema que no existe, u optar por la otra alternativa: corregir 150 artículos y sacar adelante un Estatuto impecable en términos constitucionales, y muy español.
-¿Todos en Génova lo hubieran suscrito?
-Hemos hecho un buen servicio al discurso de Rajoy. Siempre hemos defendido que para reformar estatutos había que hacerlo con la Constitución y por consenso. Rajoy es el que ha impulsado el pacto en Andalucía.
-O sea que de paralelismos con Cataluña, nada de nada...
-Precisamente lo que hemos hecho es descatalanizarlo. Hoy Andalucía es la mayor garantía de cohesión en España y un seguro de vida para la nación española.
-Y las críticas internas se las ha echado a la espalda, claro...
-Las críticas valen la pena si uno ha actuado conforme a sus principios y convicciones.
-Y eso que los consensos en algunos sectores de su partido no están bien vistos, según parece...
-Los consensos generan críticas. Yo recuerdo las primeras críticas a los acuerdos con los sindicatos, cuando era ministro. Pero al final los consensos dan confianza a la sociedad.
-O sea que a usted el respaldo que le importaba era el de Rajoy...
-Yo me he sentido en todo momento muy respaldado por quien me tenía que sentir respaldado que es por el presidente del partido. He seguido en todo caso las instrucciones y las directrices que me iba marcando. Y creo que el consenso en el Estatuto de Andalucía pone de manifiesto el liderazgo indiscutible de Rajoy en el centro político en España.
-Pongamos un nombre a la discrepancia: Zaplana y su artículo.
-Lo he analizado. No tengo ninguna discrepancia con el fondo de muchas observaciones que él hace. De hecho, llevo diciendo dos años que si yo hubiera sido el presidente de la Junta de Andalucía no hubiera impulsado la reforma. Y la verdad es que con Zaplana no tengo ningún problema de orden ideológico ni de orden político, lo que sucede es que a veces utilizamos palabras distintas o sinónimos. Él dijo que el acuerdo de Andalucía le parecía difícil y yo dije que no era fácil y los dos coincidíamos en algo esencial que es que Andalucía no se podía definir como realidad nacional porque la única realidad que conocemos es España.
-Llamarle a eso «palabras distintas» es un buen ejercicio de eufemismo, teniendo en cuenta lo que Zaplana ha dicho de la alusión al Manifiesto de Córdoba...
-Es verdad que hay una referencia al año 1919, al Manifiesto de Córdoba. Pero justo inmediatamente después se habla de la Constitución y de la unidad indisoluble de la nación. Lo que tiene que quedar claro es que la agenda de Chaves es la del Estatuto pero la mía es la agenda del cambio.
-¿Su partido ha digerido ya la derrota del 14-M?
-Yo creo que la forma de ejercer el liderazgo por parte de Rajoy, sin dramatismo, en un buen ejercicio de fondo pero también de forma, ayudó a que muy pronto se digiriera el resultado del 14-M. Fue duro, hay que reconocerlo. Pero yo creo que se ha conseguido, y es clave para ganar las elecciones, mantener en un nivel muy alto la cohesión de nuestro partido.
-A pesar del 11-M...
-Lo que nunca vamos a superar es el asesinato de cerca de 200 personas. La derrota está más que asumida porque es condición previa para ganar. Y creo que tiene mucho mérito que, como dice el CIS, Rajoy está en condiciones de ser presidente y yo soy uno de los grandes convencidos de ello.
-Y sobre la investigación de la masacre de Atocha, ¿usted está, como ha dicho Rajoy, por el respeto a lo que dictaminen los jueces?
-Coincido al cien por cien con todo lo que ha dicho Rajoy. Creo que es compatible la investigación judicial con la periodística pero eso no significa no respetar el ámbito judicial. Nosotros respetaremos siempre la actuación de los jueces.
-Recupero su alusión al CIS: Rajoy ha dicho que lo que demuestra es que la gente quiere moderación. ¿Se apunta a la receta?
-Yo estoy al cien por cien de acuerdo. He sido secretario general durante más de cinco años y una de las grandes satisfacciones que he tenido es el trabajo de José María Aznar para hacer un partido de centro reformista. Hay gente que me dice a mí que por qué hablo del centro; pues es que yo estoy muy cómodo en el PP, porque en los Estatutos de mi partido, impulsados por Aznar, se dice que somos un partido de centro reformista; que defiende el interés general de España; que tenemos vocación europea; que amamos valores como la libertad, la tolerancia, la solidaridad; que defendemos la economía de mercado; que tenemos muy en cuenta el humanismo de tradición cristiana...
-Usted está cómodo, pero hay algún compañero suyo que no...
-Esa es la definición del PP en el que yo creo, en el que me siento muy cómodo, como Aznar y Rajoy, y en el que no hay corrientes ideológicas.
-¿Ni siquiera sensibilidades?
-El partido reaccionaría siempre frente a quien quisiera crear corrientes. Por cierto, que no habrá una persona que haya hablado más del centro político que Manuel Fraga que lleva 30 años haciéndolo.
-O sea, el PP es de centro...
-Para nosotros es fundamental el legado de Aznar: principios, centrismo y cohesión interna. Y le voy a decir una cosa: un centrista no es un pusilánime. Un centrista munca renuncia a sus convicciones. Yo creo que el 90 por ciento del PP nos sentimos muy cómodos con el centro reformista.
-A ver, sitúese: ¿usted está con Zaplana y el «ala dura» o con las posiciones más moderadas que representan Gallardón, Feijóo, Piqué, Camps, Matas...?
-De eso se habla sobre todo cuando los partidos están en la oposición. Yo en el PP no observo ninguna corriente interna.
-El liderazgo de Rajoy hoy por hoy ¿es indiscutible?
-Lo veo indiscutible dentro del partido, en la sociedad y en el espacio de la moderación.
-¿A pesar de las presiones que recibe, también mediáticas?
-También esto lo aprendimos con Aznar. Con él lo hablé y tambiéncon Álvarez Cascos: en nuestra organización sólo mandamos los que la construimos día a día. Tenemos que oír a los militantes, oír a todo el mundo, respetar todas las críticas, pero el PP es un partido independiente y las decisiones se toman siempre dentro de los órganos de nuestro partido. Y veo que Rajoy lo ejerce todos los días: Rajoy oye y oye; oye y oye; pero al final decide.
-Ahora que el mal llamado «proceso» está bajo mínimos, recuérdele a Zapatero en qué circunstancias no se debe hablar con ETA.
-Tuve participación en la gestación del Pacto contra el Terrorismo y luego como secretario general del PP lo firmé con Zapatero. Creo que la respuesta del Gobierno y del Estado de Derecho es la que se concentra en el espíritu y en la letra de ese Pacto que era un canto a favor de la Constitución y que honraba la memoria de las víctimas. El diálogo sólo es posible cuando el terrorismo ha abandonado la violencia, entregado las armas y renunciado a la extorsión, al asesinato y a la violencia callejera.
-Hemos oídos esta semana el espeluznante alegato de la esposa de Gregorio Ordóñez y hemos asistido a la multitudinaria manifestación de la AVT... ¿Está Zapatero a tiempo de rectificar?
-Zapatero no puede hacerse el sordo ante millones de españoles que claman para que termine la negociación política con Batasuna. Lo malo es que la factura no la va a pagar solo, sino que ya la estamos pagando todos porque lo que está en juego es la dignidad de la democracia en España.
-Ahora que han dedicado este fin de semana a hablar del modelo de Estado. ¿Es usted partidario de un pacto global con el PSOE?
-Hace falta fortalecer el Estado y eso sólo se puede hacer con un pacto PP y PSOE. Rajoy lo haría mañana pero hace falta otra dirección en el socialismo ya que Zapatero es el rey de la discordia. Competencias como inmigración, lucha contra el fraude, situaciones de emergencia, educación, agua, exigen que, a través de la legislación básica o reformas constitucionales consensuadas, quede nítido el papel clave que tiene el Estado.
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