El Senado autoriza la intervención del Estado en Cataluña al amparo del 155

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Entre aires de funeral por el naufragio de la política en Cataluña, y apenas cuarenta minutos después de que el Parlament había proclamado su independencia, el 80 por ciento del hemiciclo respaldó el trámite parlamentario más importante de cuantos ha vivido el Senado. PP, PSOE, Ciudadanos, UPN y Foro Asturias dijeron sí a devolver a la legalidad a las instituciones catalanas con medidas coercitivas nunca antes exploradas en nuestro sistema autonómico. En contra se posicionaron Podemos y los nacionalistas de ERC, PDECat, PNV, Bildu , Compromís .

La Cámara Alta validó las medidas que solicitó el Ejecutivo de Rajoy, a excepción de la referida a someter a control del Gobierno a TV3 y el resto de medios públicos catalanes. El PP aceptó a última hora esa petición del PSOE. Los socialistas, sin embargo, retiraron su enmienda para introducir una moratoria que dejara en suspenso el 155 si había convocatoria de elecciones autonómicas. La propuesta, desesperada, buscaba «aprovechar cualquier resquicio» de diálogo «hasta el último minuto», pero el PP se mantuvo firme, sin aceptar el canje.

La confirmación de que el Parlament se disponía a someter a votación la proclamación de la república catalana liquidó las ilusiones del portavoz socialista, Ander Gil , quien, digerido el revés, anunció a media mañana que renunció a la enmienda. «Han dado un portazo», claudicó el grupo socialista, que avaló así la ejecución inmediata del 155 sobre las instituciones catalanas.

En el banco socialista faltó el expresident de la Generalitat José Montilla , que se ausentó de la votación y siguió el momento desde el Salón de Pasos Perdidos del Senado. Francesc Antich, expresidente del Baleares, tampoco acudió a votar.

La votación llegó precedida de un tedioso debate en bucle, de argumentos repetidos, y la sensación general del fracaso colectivo. Pese a que estamos en las horas más graves de la democracia, incluso más que cuando el golpe de Estado del 23-F, como apuntó Rajoy, el Senado no guardó la solemnidad debida y el banco del PP aplaudió a rabiar el momento en que el presidente anunció el cese inmediato de Puigdemont y su gobierno. El resto de portavoces se lo afeó. Rajoy, atónito ante el espectáculo, dio orden luego al grupo : «Ni un aplauso tras la votación», como así fue.

El presidente del Gobierno fue el primer en subirse a la tribuna para pedir el apoyo al Senado. «Ha llegado el momento de que se imponga la ley, no contra Cataluña, sino para impedir que se abuse de Cataluña», señaló Rajoy, reivindicando que ante el grave desafío planteado, el mayor de la etapa democrática, «España tiene derecho a defenderse».

En el instante en el que, a las 15.25 de la tarde, el Parlament aprobaba su resolución por la república catalana, el portavoz del PP, José Manuel Barreiro se desgañitó desde la tribuna del Senado: «Cataluña seguirá siendo España».

En los escaños de ERC y PDECat reinaba el alborozo por la proclamación en el Parlament. Finalizado el pleno, sus senadores no sabían si volverían al escaño -«lo que ordene el gobierno»-, aunque hubo quien de ERC se hizo fotos en la tribuna con la bandera de España, y se quedó a comer el menú subvencionado.

En los pasillos de la Cámara Alta hubo aires de funeral. «Hemos hecho todo lo que hemos podido», se lamentó el portavoz socialista, Ander Gil . También Podemos exhibió pesadumbre, aunque se opuso a la intervención del Estado ante el atropello de legalidad en Cataluña, y sus senadores acabaron abrazados a los de ERC.

El Pleno dio su autorización al Gobierno con 214 votos a favor, 47 en contra y una abstención, de Nueva Canarias. Como anécdota, la senadora del PP por Burgos Begoña Contreras se equivocó y votó en contra de autorizar el 155.