Cuando Sánchez aseguraba que se habían comprado test rápidos «fiables, homologados» y «con todas las garantías sanitarias»

Según afirmó el propio presidente del Gobierno en su comparecencia, los tests debían ser «fiables» y «homologados» . Señaló la importancia de su puesta en marcha y la necesidad de que estuvieran homologados: «Deben contar con todas las garantías sanitarias».

Este jueves, Fernando Simón, el coordinador de Alertas y Emergencias Sanitarias, ha explicado que se ha recibido un lote de 9.000 tests rápidos que fueron sometidos a validación con resultados muy diferentes de lo esperado: «Las validaciones indicaron que las especificaciones no se correspondían con los certificados de calidad ».

La polémica ha ido en aumento tras pronunciarse la Embajada de China, indicando que el Ministerio de Comercio del país ofreció a España una lista de proveedores clasificados, en la cual Shenzhen Bioeasy Biotechnology, la fabricante de estos tests, no estaba incluida. Es más, los lotes de donaciones que este país está realizando a otras naciones afectadas por el coronavirus no tienen productos de este fabricante , que «no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos de China para vender sus productos».

El Gobierno se ha justificado alegando que los test defectuosos que adquirió contaban con homologación europea para su compra y comercialización en toda la Unión Europea. Además, ha desvinculado esta compra del acuerdo anunciado ayer por el ministro Illa, según informa Víctor Ruiz de Almirón .

El Ejecutivo ha señalado además que esta partida defectuosa se adquirió «antes de que las autoridades chinas facilitaran nuevos listados de sus proveedores». La cuestión ha sido asumida directamente por la presidencia del Gobierno, que ha emitido un comunicado en el que quiere aclarar que el Ejecutivo, a través del Ministerio de Sanidad, «inició hace varias semanas los contactos con varias empresas para la adquisición de test diagnósticos, de los cuales existen varios sistemas en el mercado».

Este comunicado iba un poco más allá de lo asegurado durante la mañana por el ministro de Sanidad, Salvador Illa , que ya había informado en la Comisión de Sanidad del Congreso de que la compra se realizó a «un proveedor nacional» y que los productos adquiridos contaban con el marcado de calidad CE . «Imagínense que el Gobierno rechaza la compra de un producto con marca CE», expresó el ministro Illa.