Sánchez quiere que en Andalucía sí gobierne el partido más votado

Una vez más, al Sánchez presidente no le vale lo que decía cuando estaba en la oposición, que la democracia parlamentaria permite a cualquier candidato que consiga apoyos suficientes llegar a la presidencia, como hizo él para desbancar a Rajoy de La Moncloa en una moción de censura.

En rueda de prensa desde Buenos Aires al término de la cumbre del G-20, en el día previo a la jornada electoral, Sánchez señaló, a la pregunta de qué esperaba del 2-D, que él «pediría máxima participación, que no haya bloqueos y que el día 3 se respeta la voluntad de los andaluces y se deje gobernar a quien gane las elecciones ».

El partido ganador en Andalucía ha sido el PSOE, pero Susana Díaz ha perdido catorce diputados y, con ellos, la posibilidad de gobernar con los apoyos de Adelante Andalucía, dado que Ciudadanos en esta ocasión se unirá a la derecha para desbancar del poder a los socialistas. Es el juego parlamentario del que Sánchez se sirvió para llegar a la jefatura del Ejecutivo, y que ahora desdeña.

A Sánchez, el sábado, lo que más le preocupaba era el alza de Vox, que ha irrumpido en el Parlamento con doce escaños. El presidente del Gobierno dice temer que PP y Ciudadanos « se vean arrastrados a un discurso cada vez más excluyente que no representa al centro derecha español».

Con este escenario tan alejado de mayorías absolutas, la formación de gobierno se augura aún más complicada que tras las últimas autonómicas, cuando la socialista Susana Díaz necesitó cuatro votaciones para ser investida con el apoyo de Cs a los 81 días de los comicios.

La diferencia principal respecto a los pasados comicios es que por primera vez la suma de los tres partidos de la derecha supera los 55 escaños que marcan la mayoría absoluta , lo que significará con casi total seguridad el desalojo del poder de los socialistas, aunque que fueran el partido más votado.