Rajoy: «No me resigno a la idea de que no se puede hacer más por España»

El líder del PP venía a rescatar aquellos famosos «no me resigno» que Esperanza Aguirre pronunció en el Foro ABC en el periodo precongresual de 2008, y que provocaron una fuerte convulsión interna. En cambio, los «no me resigno» de Rajoy pretendían ayer insuflar optimismo al partido.

Convencidos en Génova de que este año preelectoral comienza una carrera que ya no parará hasta marzo de 2012, con los próximos comicios legislativos, y que todo apunta a un cambio de ciclo político, Rajoy indicó que los buenos vaticinios para su partido obligan a«trabajar más, con humildad y perseverancia y cumplir más que nunca». «Tenemos que trabajar mucho más porque el Gobierno no está a la altura, no resuelve los problemas, los crea y, al final, recoge lo que siembra», dijo.

Frivolidad, demagogia y cortoplacismo son, a su juicio, los calificativos que definen la actuación del gobierno socialista y esto lo hizo extensivo tanto al capítulo económico, como al del Estatuto catalán —«cementerio de promesas incumplidas»— como a la inmigración. Precisamente, fue en este último apartado cuando, tras acusar a Moncloa de haber pasado del «suicida papeles para todos» a actuaciones con la del Ayuntamiento de Vic, abogó por una modificación de la Ley de Extranjería, al objeto de que «no se generen más problemas», aunque no especificó más detalles de por dónde debe pasar dicha reforma.

En definitiva, un Rajoy que comienza a creer en las posibilidades ciertas de triunfo, dijo estar convencido de que «hoy nuestro papel es más importante que nunca», por lo que deben presentar «un proyecto político mejor» que el jamás elaborado, una alternativa «a la desazón» y un «proyecto de ilusión».

Sin embargo, no pudo dejar de referirse a los problemas surgidos en Baleares admitiendo que «hay compañeros que no se han comportado como debieran haberlo hecho», en referencia a los casos de corrupción de algunos dirigentes de su partido, con un ex presidente regional, Jaume Matas, imputado. «No aceptaré —avisó— esos comportamientos, pero de la misma forma no acusaré a nadie sin la firme convicción de que ha hecho algo que no debía», agregó para pasar a defender la honorabilidad del grueso de la clase política. Partidario del «quien la hace, la paga» manifestó que lo «justo y moral» es no extender sombras de duda sobre quienes no han hecho nada.

También el presidente de los populares andaluces, Javier Arenas, tuvo su ración de felicitaciones presidenciales. Comentó que «se ha trabajado muchísimo sin desfallecer ni un minuto, con humildad. Y un último consejo tanto para los baleares como para los andaluces: «No recibáis instrucciones más que de vosotros mismos».

Antes de su intervención se sucedieron las de Javier Arenas y Federico Trillo, entre otros. El líder del PP andaluz, que abogó por «mimar» la cohesión interna del partido, acusó al presidente de la Generalitat catalana, José Montilla, de comportamiento «antidemocrático» por querer «dictar» al Constitucional la sentencia sobre el Estatuto. Por su parte, Trillo presentó un decálogo de reformas sobre Justicia, incluida una reforma integral del sistema de penas al tiempo que denunció una supuesta «doble vara» de medir de la Fiscalía Anticorrupción