Rajoy acepta el encargo del Rey de formar Gobierno a la espera de reunir apoyos

Sin embargo, el anuncio de la decisión del Rey, que según la Constitución debería haber formulado la presidenta del Congreso, no siguió los cauces habituales. En esta ocasión, fue el propio candidato el que convocó a la prensa en La Moncloa para anunciar la decisión del Jefe del Estado mientras el Rey se encontraba aún en su despacho comunicando su decisión a la presidenta del Congreso .

De hecho, cuando Ana Pastor regresó al Congreso de los Diputados para comparecer ante los periodistas, ya todo el mundo conocía la noticia. La presidenta de la Cámara se limitó a confirmar que la propuesta del Rey era firme y no quiso aclarar si el hecho de que Rajoy haya aceptado ser el candidato a presidente del Gobierno le obliga o no a someterse a una sesión de investidura.

Mariano Rajoy informó de su encuentro con el Rey, dentro de la ronda de consultas que el Monarca ha celebrado esta semana, utilizando una fórmula calculadamente ambigua: dijo que había aceptado el encargo del Rey para buscar apoyos, pero que después de un «tiempo prudencial» le informaría «de si estoy o no en condiciones de formar gobierno». La cuestión es si la aceptación de ese encargo lleva implícita la obligación de acudir a una investidura. Mientras que fuentes de Moncloa confirmaron a ABC que no existe tal obligación, tanto el PSOE como Ciudadanos dieron por hecho que, una vez aceptado el encargo del Rey, al candidato a presidente del Gobierno ya no le queda otra opción que someterse al debate.

Sea lo que fuere, Rajoy sí dijo que explicó al Rey que no cuenta ahora con los apoyos suficientes, por lo que se mostró dispuesto a iniciar una ronda de negociaciones con los partidos constitucionalistas — con los que «compartimos unos mismos valores» — que comenzaría hoy mismo. Su objetivo, dijo, será conseguir acuerdos para formar «un gobierno moderado, estable, con un programa claro y con un calendario definido para llevarlo a cabo».

Está dispuesto a revisar con otros partidos el documento base con sus propuestas que les envió al resto de partidos tras las elecciones del 26-J, porque nunca pretendió que fuera «un contrato de adhesión, sino un guión para la negociación ». Y añadió: «Negociar significa ceder, pero ya veremos en qué».

En caso de no conseguir esos apoyos, se mostró «dispuesto a explorar el gobierno en minoría» —aunque no a presentarse a una investidura sólo con sus 137 diputados, matizó—. Esto lo haría, en todo caso, sólo si «el resto de grupos políticos garantizan una lealtad mínima para no bloquear » decisiones claves entre las que citó la transposición de directivas comunitarias, las medidas de cumplimiento del déficit, o las políticas de exteriores o contra el terrorismo.

Tampoco quedó claro qué plazo ha conseguido para continuar con sus contactos con otros partidos: Rajoy habló de «un tiempo razonable» aunque también explicitó que es más « una cuestión de voluntad política ». Los reiterados intentos de que aclarara su postura chocaron con tra sus respuestas «a la gallega»: «No conviene en ninguna faceta de la vida adelantar acontecimientos».

Según el artículo 170 del Reglamento del Congreso, una vez recibida la propuesta de candidato a la Presidencia del Gobierno, la presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, deberá convocar el Pleno . Pastor compareció ayer en cuanto llegó de la Zarzuela, pero no pudo dar ningún detalle sobre la convocatoria de esa sesión plenaria de investidura porque antes, explicó, debía hablar con el candidato y ver el plazo que se necesita para las negociaciones que quiere mantener.

La presidenta del Congreso evitó aclarar si Rajoy está obligado a acudir a un debate de investidura , una vez aceptada la propuesta del Rey. Pastor se limitó a decir que hablará con Rajoy y que «después» tendrán que «ver que haya un plazo para que se pueda buscar lo que todos los españoles están esperando: que pueda haber un Gobierno estable y un acuerdo de gobernabilidad».