Pensión, coche, escolta y otros privilegios del presidente del Congreso

Patxi López , el presidente del Congreso durante la XI Legislatura, percibía 14 pagas de 13.750 euros , que incluían, además de la pensión base del diputado, varios complementos salariales como el de pertenecer a la Mesa del Congreso , el de ser un parlamenterio de fuera de Madrid y otros gastos de representación y libre disposición.

Pero, además, los presidentes del Congreso, al terminar de serlo, tienen derecho a una pensión indemnizatoria según lo regulan las leyes de Presupuestos de 1981 y de 1986. Esta es del 80% del sueldo que cobraba mientras ejercía sus funciones y solo se puede cobrar durante un plazo igual al que hubieran ejercido (con un tope máximo de 24 meses). Por lo tanto, a Patxi López, que solo fue presidente durante siete meses, de esta compensación solo le corresponden 11.000 euros durante siete meses.

Sin embargo, si los expresidentes quieren recibir esta pensión, que es incompatible con otro sueldo, tienen que renunciar a su escaño en la siguiente legislatura. Será la nueva Mesa la que comunique a López si prefiere percibirla o conservar su asiento en el Hemiciclo. En el caso de Jesús Posada, presidente del Congreso durante la X legislatura, decidió renunciar a esta compensación y conservar su escaño. Le correspondía una pensión de 307.200 euros.

Otro de los privilegios que tienen sus señorías es el de utilizar coche oficial . La Cámara Baja cuenta con 31 vehículos, de los que seis pertenecen a este órgano y 25 se licitan en servicio de renting. López fue el único representante del Congreso de los diputados que durante la pasada legislatura decidió utilizarlo con chófer propio por motivos de seguridad. El resto de grupos políticos pueden utilizar los coches disponibles cuando así lo deseen.

El exlendakari también disfrutó durante su corta presidencia de escolta y de una residencia reservada para quienes ocupan su cargo. El socialista, que vivía en el centro de Madrid y su apartamento no cumplía los requisitos de seguridad, se trasladó a un edificio entre Los Jerónimos y el Museo del Prado con gimnasio, sauna y varios salones y dormitorios . Desde que José Bono dejó de utilizarlo en 2011 (por donde se pasaba ocasionalmente) ha estado desocupada.