El otoño del líder

Lo decisivo para la posición de Rubalcaba al frente del socialismo serán las elecciones gallegas del 21 de octubre. No tanto las vascas. Si el PSOE cosecha un mal resultado en Galicia, el secretario general ya puede ir preparándose para que sus opositores cobren fuerza y cunda una frustración que dispare la petición de primarias. Por no hablar de que la elección casi a la búlgara de Pachi Vázquez, proclamado candidato por aclamación con la excusa de las prisas , ha reabierto cicatrices en el chaconismo (Francisco Caamaño no ha ocultado que quería optar a ser cabeza de cartel) y dejado a medias intentos como el del alcalde de Vigo, Abel Caballero, que ya trabajaba en impulsar el nombre del ex ministro José blanco.

Si los comicios gallegos salieran bien, valdría para acallar por un tiempo a los que cuestionan a Rubalcaba, que ya sacó pecho con los resultados de José Antonio Griñán en Andalucía. Pero una derrota sonada en Galicia envenenaría lo primero, sin duda, la Conferencia de Organización del PSOE programada finalmente en Madrid los días 10 y 11 de noviembre, aunque inicialmente estaba prevista para julio.

Según dijo Rubalcaba a su Ejecutiva en marzo , ese encuentro organizativo se aprovecharía para regular el funcionamiento de las primarias y ajustarlas a lo aprobado en el 38 congreso, que consagró para elegir al aspirante a La Moncloa la llamada fórmula “a la francesa”. Dos meses después, la propia Dirección filtraba que mejor dejarlo para 2013 . Lo cierto es que, con mandato o sin mandato congresual, el líder del PSOE nunca es claro cuando se le pregunta públicamente sobre la celebración de ese proceso y la incorporación de simpatizantes (más de 400.000 frente a 220.000 militantes), que supuestamente no le serían favorables a la hora de votar.

Ferraz querría no tener que hablar de este asunto hasta 2014 y son los críticos, con el madrileño Tomás Gómez al frente, quienes difunden sospechas que ponen en entredicho las intenciones de Rubalcaba que, -no se olvide-, aspiró a la Presidencia del Gobierno en 2011 previo simulacro de unas primarias en que Carme Chacón tuvo que aceptar ser la víctima.

A falta de oxígeno interno, el aparato del PSOE esperará a recoger en la calle los réditos de la convulsión provocada por los recortes, subida del IVA y eliminación de paga a los funcionarios, aunque las encuestas demuestran que ni el desgaste del Gobierno, ni el desencanto social, están engrosando las opciones de Rubalcaba.