La operatividad del centro en el Magreb, también afectada
Los daños más importantes se produjeron en Marruecos, donde los servicios secretos tienen su mayor despliegue
El episodio de la expulsión de varios agentes del CNI de Cuba conocido el pasado mes de mayo no es un caso aislado. El pasado mes de marzo dos miembros de los servicios secretos españoles que trabajaban en Marruecos fueron detectados por las autoridades de ... ese país, que ordenaron la inmediata expulsión de su territorio.
Uno de los agentes era el jefe de la «antena» en Nador, un suboficial del Ejército con años de experiencia en el País Vasco, a quien Marruecos acusaba de financiar a uno de los líderes de la lucha contra el narcotráfico en el Rif. Este hombre, Chakib al Khayari, había denunciado que los cerebros de esta actividad estaban en la cúpula del aparato del Estado, precisamente en un momento en el que se había detenido a más de cien personas -76 de ellas militares y policías-, por tráfico de hachís. Fue arrestado el 18 de febrero e ingresó en prisión acusado de desprestigiar a las autoridades marroquíes con una campaña mediática financiada por el extranjero.
Un asunto inmobiliario
Otras fuentes próximas al CNI consultadas por ABC señalaron que en el incidente con Marruecos también jugó un papel importante «un asunto inmobiliario», si bien no quisieron precisar más detalles sobre la delicada cuestión. En cualquier caso, lo peor no es que los agentes fueran detectados, sino que además quedaron al descubierto redes de información que se habían tejido a lo largo de muchos años de trabajo. Por ello, los daños son «sensibles».
Pero además de en Marruecos el CNI también había sufrido antes una baja sensible en otro país del Magreb, en concreto en Túnez. En 2007 la delegada de nuestros servicios secretos tuvo que abandonar su puesto de forma apresurada después de que las autoridades tunecinas la acusaran de mantener estrechos vínculos con activistas pro derechos humanos.
En este sentido, las fuentes consultadas destacan la gravedad de los sucesos de Marruecos y Cuba, dos de los países considerados estratégicos por el CNI. La labor de los servicios secretos en ambos países resulta clave en nuestra política exterior y de seguridad y por ello en ambos se había invertido mucho esfuerzo y dinero.
En el caso de Marruecos, se trata del país en el que el centro tiene una mayor presencia, con agentes desplegados no sólo en la capital, Rabat, sino también en varias ciudades. Su trabajo se centra, sobre todo, en tres frentes: la lucha contra el terrorismo islámico -prioridad que comparten con los agentes destinados en otros puntos del Magreb-, la inmigración ilegal y el tráfico de estupefacientes.
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