Oltra medió en Semana Santa para el «deshielo» entre Sánchez e Iglesias

Tampoco ayudó para que cauterizaran esas úlceras las alusiones, desde su escaño en la segunda sesión de la investidura fallida de Sánchez, del líder populista a la relación de Felipe González con los GAL . Como reconoció el propio Iglesias tras la imagen de la reconciliación del miércoles, desde ese día los socialistas «se sentían incómodos» con la sola idea de que él pudiera integrar un gobierno de coalición presidido por el PSOE.

Ferraz supo desde entonces que para que el entendimiento con Podemos recibiera el plácet de los barones tenía que pasar por la «retirada» de Iglesias como vicepresidente y la flexibilización de sus exigencias; la más importante, el referéndum de autodeterminación en Cataluña . Simultáneamente, en el partido morado se dedujo que su crisis interna, con el enfrentamiento entre Iglesias e Íñigo Errejón y el debilitamiento de sus expectativas electorales en caso de repetición de los comicios, les obligaba a replantearse la estrategia del portazo al PSOE.

Pedro Sánchez miró entonces a la Comunidad Valenciana, cuyo Gobierno regional es fruto de un pacto entre Ximo Puig (PSOE) y Mónica Oltra (Compromís, socio electoral de Podemos). Al igual que hizo Iglesias, convirtiendo esa alianza en la referencia política para lo que llamó la vía del 161 (los escaños del PSOE, Podemos e IU). Por eso, según ha sabido ABC, la dirigente valenciana, que mantiene una buena sintonía con ambos, se convirtió antes y durante la Semana Santa en la muñidora del acercamiento. A uno y a otro, a través de conversaciones telefónicas, reconvino para que «encontraran puntos comunes para negociar», argumentó. A pesar de que Oltra está considerada como una de las principales amenazas al liderazgo de Iglesias en la izquierda radical , la vicepresidenta valenciana ha mejorado en los últimos meses su comunicación con el líder de Podemos al que ha asegurado que sus aspiraciones «solo pasan por la Comunidad valenciana», indican en su entorno.

Además, la propia Oltra y Pedro Sánchez también mantienen una fluida sintonía política que ha permitido el entendimiento de socialistas y Compromís en el Parlamento, al margen de la posición más fría de la formación morada con la que unió sus fuerzas en la cita electoral del 20-D. «A Pablo le comenté que era necesario que hubiera diálogo porque además creo que en lo personal ambos tienen afinidad suficiente para encontrarse», describe la número dos del Gobierno valenciano. También admite que «esos primeros contactos se produjeron antes de Semana Santa y fueron reuniones discretas, que no es lo mismo que secretas». Esa aproximación nunca se produjo en presencia de Sánchez e Iglesias, sino con sus equipos de confianza. Dos personas se pusieron al frente de los contactos: por parte de Ferraz, Juan Manuel Serrano, y por la formación radical, Ignacio Álvarez. También se incorporaron a las primeras citas Irene Montero, jefa de Gabinete y persona de máxima confianza de Iglesias, y el propio Íñigo Errejón, si bien sin el protagonismo de las mesas técnicas que llevaron al documento sellado con Ciudadanos. Sánchez también envió como portavoces a dos socialistas catalanes, el líder del PSC, Miquel Iceta, y Meritxell Batet, secretaria federal de Estudios y Programas.

La elección de los interlocutores de ambos grupos parlamentarios, en clave económica y catalana, da cuenta de los dos puntos de fricción entre Sánchez e Iglesias: la política de gasto y el referéndum de autodeterminación que Podemos y sus confluencias siguen defendiendo, contra la opinión de la resolución del Comité federal socialista del pasado 28 de enero y recordado ayer por Susana Díaz de vetar cualquier acuerdo con los populistas que ponga en peligro la Constitución y la unidad de España.

Lo cierto es que Iglesias aceptó «dulcificar» su relación con Sánchez dando la razón indirectamente a su número dos, Errejón, partidario del acercamiento, que ha visto rodar la cabeza política de su hombre de confianza, Sergio Pascual, destituido fulminantemente por el líder de Podemos hace unas semanas. El portavoz en el Congreso ha sido, según fuentes internas, «el más sorprendido por este giro estratégico que curiosamente había provocado las divergencias y la quiebra de confianza entre los dos principales dirigentes de la formación morada».

Ese apaciguamiento entre Podemos y PSOE también fue apuntalado «discretamente» en la fase de tanteo por barones como Ximo Puig, «jefe» de Oltra , y el presidente castellano-manchego, Emiliano García-Page, en el poder igualmente gracias al apoyo de la formación de Iglesias.