Más de mil menores siguen atrapados en Ceuta dos meses después de la crisis

Son datos oficiales. De los menores que entraron en las avalanchas de mayo, engañados o en busca de un futuro, el Gobierno ceutí tiene acogidos alrededor de 800 en los distintos albergues, la mayoría en Piniers, pero también en aquellas naves del Tarajal que tuvieron que levantarse en plena emergencia y que no han podido echar el cierre. Están repartidos entre el citado albergue, un polideportivo, el centro de realojo temporal de La Esperanza y la nave.

«Están lo mejor atendidos que se puede dado el número y la urgencia con la que se tuvo que poner en marcha todo», explican fuentes del Gobierno autónomo. La Fiscalía no lo comparte. Eduardo Esteban, fiscal de Sala Coordinador de Menores, criticó en una entrevista con Ep esos «almacenes» que «no reúnen los requisitos ni las condiciones nada más que para una urgencia». Camastros y baños portátiles que se montaron de forma apresurada y se han quedado.

Esteban advirtió de que la acumulación «desorbitada» de menores «puede llegar a producir alguna situación de riesgo de orden público». Pero transcurridos dos meses lo más que se ha logrado han sido salidas goteo y ni siquiera de estos chicos, sino de los que ya tenía acogidos antes la ciudad: 273 cuando se produjo la avalancha.

En plena crisis, las comunidades autónomas acordaron acoger a 200 de estos menores que estaban en Ceuta. Hasta ahora solo se han producido 91 traslados. El último ayer mismo: nueve chavales que partieron hacia Aragón. Ni diez salidas a la semana, una cifra claramente insuficiente para aliviar la acumulación «desorbitada» que censura la Fiscalía. Todos vivían en la ciudad antes de mayo. La solidaridad entre regiones, a la que también apeló el Defensor del Pueblo, parece una entelequia con cifras tan raquíticas.

Y además de esa acumulación de chicos, de las condiciones y de la tensión que implica, la ciudad autónoma afronta un coste altísimo. El presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, lo cifró en tres millones de euros al mes en su última comparecencia . Ayer se reunió con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá , y esta fue una de las cuestiones que trataron. Vivas reclamó más ayudas europeas para esa acogida.

Pero es que más de dos centenares de chicos están fuera del sistema; lo admitió también Vivas. Cada caso tiene una historia detrás, aunque es recurrente que muchos se escapen de los centros para intentar cruzar a la Península como polizones. Por eso se ocultan en los alrededores del puerto y allí los descubre día sí y día no la Guardia Civil y la Policía. Si no hallan otra forma de sustento, delinquen.

La ciudad acaba de renovar un acuerdo con la Universidad de Málaga para dar continuidad al programa de Prevención de la Delincuencia de Menores Extranjeros solos en las calles de Ceuta, que logró atajar las infracciones cometidas por estos chicos.

Rabat abrió la mano para que salieran y la cerró para que regresaran. Fuentes del Gobierno confirman que no se han producido aún reagrupamientos familiares a Marruecos. «Sigue siendo el objetivo principal por el bien de los menores», aseguran. Sí se han dado esos reagrupamientos con familiares que viven en la Península, aunque con cuentagotas: una decena de casos en total. La crisis ceutí sigue latente, pese al aparente olvido del Ejecutivo.