Lorca sigue reparando sus grietas un año más tarde

«No se ha puesto ni un solo ladrillo del primer edificio que el terremoto destrozó» , afirma Encarna, vecina de Lorca. «Las esperanzas de que el mío se reconstruya son muy bajas», apunta. En el momento del terremoto, Encarna estaba embarazada de cuatro meses y tenía un hijo de un año. El pequeño estaba

dormido cuando se produjo el primer temblor, premonitorio de lo que vendría después. «Lorca está muy decepcionada, muy triste. Ahora nos toca revivir todo aquello con la tristeza de que las cosas prácticamente no han mejorado», asegura.

Según las plataformas de afectados, unas 7.500 familias siguen sin poder regresar a sus hogares , a la espera de las ayudas que les permitan reconstruir o reparar sus inmuebles. Algunos incluso han continuado viviendo en pisos inhabitables y declarados en ruina porque no tienen dinero para hacer frente a un alquiler.

Juana Alcázar vive en una casa a las afueras de Lorca. El terremoto le destrozó el tejado y 19 goteras inundan su vivienda cada vez que llueve. «He pedido varios presupuestos para arreglarlo, pero mientras no reciba la ayuda del Gobierno autonómico no podré pagarlo », se lamenta.

La larga espera por unas ayudas que no llegan es común entre los vecinos de Lorca. Aunque ya ha pasado un año desde la tragedia, siguen aguardando los 230 millones de euros que Gobierno y Comunidad Autónoma han de pagar a medias para ayudas a los damnificados. El Real Decreto aprobado por el Gobierno en marzo pretende dar solución a los problemas burocráticos y de liquidez que han ralentizado la entrega de las ayudas.

El modo en que éstas se prestaban era sencillo, pero requería muchos trámites burocráticos, de los que el propio alcalde del municipio, Francisco Jódar, se ha quejado en varias ocasiones . Tras la petición de ayuda por parte de cada vecino, un técnico de la Comunidad Autónoma se encarga de cuantificar los destrozos y de comprobar cuánto de este dinero entrega el Consorcio de Compensación de Seguros —en los casos en los que el inmueble estuviera asegurado— al propietario. La Comisión Mixta, reunida una vez cada mes, se encarga de resolver los expedientes y, una vez aprobados, los remite a la Comunidad Autónoma. Según un portavoz del Ayuntamiento en este proceso se pierden al menos tres meses. Hasta que la Comunidad Autónoma aprueba la transferencia de dicha cantidad, pueden pasar otros tres meses. El nuevo Decreto, a través de un préstamo que el ICO hace al Ejecutivo regional, agilizará el proceso.

El Ayuntamiento de Lorca tiene previstos varios actos a lo largo del día con los que conmemorar tan difícil fecha . Desde la entrega de la bandera que ondeaba en Lorca el 11 de mayo del año pasado a la Unidad Militar de Emergencias, hasta una misa en recuerdo de los fallecidos, la inauguración de una escultura con mensajes de esperanza y consuelo o un concierto nocturno en honor a las víctimas.

Además, de común acuerdo con los hosteleros y comerciantes lorquinos, el Consistorio ha acordado celebrar once días —a contar a partir de hoy— en los que los bares y los comercios de la localidad ofrecerán sus productos a precios reducidos . Un portavoz de la Administración Local asegura que es una iniciativa que pretende recordar que Lorca está viva y conseguir que los ciudadanos de localidades vecinas que dejaron de visitarla vuelvan a hacerlo.

Pero alguno de estos actos conmemorativos no han gustado a las asociaciones de vecinos, que adelantaron su homenaje a la jornada de ayer. «Mientras el Ayuntamiento organiza actos lúdicos, nosotros no tenemos más que celebrar que desidia y olvido» , asegura María Dolores Hernández, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Viña.

Hacia las 20.30 comenzó una manifestación con el objetivo de recordar que «en Lorca queda mucho por hacer». «Se nos han caído las lágrimas y hemos dado patadas al aire, porque no tenemos dónde darlas», asegura María Dolores.

«He llorado y sigo llorando por mis vecinos», apunta la presidenta de la Asociación. En La Viña residía Raúl, la única víctima mortal menor de edad. «Su madre y sus abuelos han levantado un monumento permanente a su memoria, con pancartas y flores», se lamenta Dolores. «A parte de Raúl, en La Viña no hubo más muertos ni heridos. Pero heridas psicológicas... de esas tenemos todos».