El juez investiga si Villarejo fabricó pruebas para poder registrar una agencia de detectives

Los hechos se investigan en la pieza separada número 27 de la treintena incoadas sobre Villarejo en la Audiencia Nacional. En este caso, se abrió a partir de una denuncia del propio Marco en julio del año pasado sobre todas las circunstancias que rodearon su detención y la intervención de la agencia. Se ha venido instruyendo bajo secreto hasta ahora.

Según expone un auto al que tuvo acceso ABC, la tesis es que Villarejo, «en concierto con miembros de la cúpula policial y con la colaboración de Antonio Giménez Raso», policía que se encontraba en segunda actividad, «habrían fabricado indicios falsos para proceder en el mes de febrero de 2013 a la detención policial del denunciante Francisco Marco y obtener la autorización judicial del registro de las oficinas de su empresa Método3 en Madrid y Barcelona y en domicilios vinculados, con el objetivo de hacerse con documentación de las bases de datos de su empresa ».

Él es testigo en una de las piezas de la causa que van a juicio en octubre porque entre los papeles que manejaba Villarejo para en teoría, desacreditar a sus víctimas, había un informe elaborado por Método3 y al que no debería haber tenido acceso . No era el único, pues en los registros en dependencias del comisario y el abogado de sus empresas se hallaron más documentos de la agencia, por lo que el juez concluye que en parte, «se corrobora» la versión del denunciante.

Marco fue detenido en febrero de 2013 en la causa abierta en un juzgado de Barcelona que le situaba junto a Método-3 como responsables de haber grabado en teoría subrepticiamente la conversación que en julio de 2010 habían mantenido la entonces líder del PP catalán Alicia Sánchez Camacho y la otrora novia del primogénito de los Pujol, Victoria Álvarez, en el restaurante La Camarga. El caso fue archivado al cabo de unos meses.

Tanto en su denuncia en la Audiencia Nacional como en la testifical que prestó en octubre para ratificarla, Marco sostuvo que los datos eran falsos y Villarejo lo sabía, puesto que «conocía con anterioridad» que la grabación se hizo «a consecuencia de un encargo de una de las dos comensales» y en concreto, de Sánchez Camacho, a través de un «interlocutor».

La cuestión es que el detective se acogió a su secreto profesional para no revelar la identidad de ese supuesto interlocutor. Y ahora el juez quiere conocer la versión del resto de trabajadores de Método-3 que fueron igualmente detenidos en aquella operación, ya que en la Audiencia Nacional no constan las actuaciones que en su día se siguieron en el juzgado de Barcelona.

Ha citado este martes como testigos a Elisenda Villena, Alex Borreguero y Julián Peribáñez para conocer lo que declararon en aquel juzgado de Barcelona sobre el supuesto encargo, en un primer paso para reactivar esta pieza separada a la que Villarejo aún no ha sido llamado a declarar.