El juez blinda las agendas intervenidas a Villarejo para proteger la privacidad de terceros

En un auto de este mes de mayo al que tuvo acceso ABC, el instructor razona que ese tipo de anotaciones manuscritas «en algunos casos con referencias al estado de salud de personas de su entorno», constituyen «información de carácter privado y totalmente ajena a los hechos objeto de investigación» por lo que en aras de evitar que circulen « copias no sujetas a control » y que puedan perjudicar tanto a estas personas como a «víctimas» de los delitos, el acceso será restringido.

En concreto, las acusaciones y defensas podrán consultar las anotaciones en la sede de la Audiencia Nacional, aunque tienen prohibido hacer copias, y seleccionar aquellos apuntes que aporten algo a su estrategia jurídica. Una vez hagan la preselección de los contenidos, tendrán que solicitar por escrito que sean aportados a la causa.

Con todo, no trabajarán sobre los contenidos íntegros, pues Asuntos Internos ya ha realizado un primer expurgo de aquellos que pudieran estar sujetos al secreto oficial y, de hecho, está elaborando sus propios informes para cada una de las líneas de investigación abiertas .

Las libretas se hallaron en el contexto de la pieza separada número 28 del caso Tándem, que tiene ya una treintena. Se investigaba a instancias de la denuncia del detective Francisco Marco si el comisario estaba mercadeando desde prisión y a través de dos cómplices además de su esposa, con material clasificado que había recopilado durante su tiempo de comisario en activo, como ya informó este diario.

En total, los apuntes abarcan desde marzo de 2007 a mayo de 2016 y contienen, en palabras de García Castellón, «un detallado relato personal de la actividad desarrollada» por José Manuel Villarejo «que resulta de especial interés» porque el plazo coincide con buena parte de los años en los que desarrolló los proyectos de investigación por los que facturó una cuantía estimada en más de 23 millones de euros y que se analizan en la Audiencia Nacional.

Hasta ahora, solo constaban en la causa libretas de los años 2016 y 2017, que daban idea de los contactos que tenía el comisario e información sobre la implicación de terceros en sus asuntos, –y de hecho forman parte de los indicios que sustentan decisiones en algunas de las piezas– pero quedaban fuera del radar principal, que es el delito de cohecho, porque el comisario se jubiló a mediados de 2016.

El contenido de esas agendas preexistentes no está exento de polémica, pues no son pocas las voces en la causa que cuestionan su veracidad y las intenciones que pudiera tener el comisario cuando dejaba por escrito determinadas informaciones, como citas con personas clave o supuestas conclusiones de las mismas.

Sin embargo, van camino de convertirse en el corazón de la causa, pues el juez ha acordado que se deduzca testimonio de cuanto recojan relativo a las distintas piezas separadas, que irán creciendo con informes policiales sobre esos contenidos según vayan pasando las semanas.

Una muestra de esta nueva relevancia es el proyecto 'Brod' donde las anotaciones, o en puridad, la ausencia de las mismas en las fechas de aquel encargo, han servido de piedra angular para sacar del asunto a un investigado e imputar a otro, que después de ser oído en declaración resultó igualmente exonerado.

En todo caso, la operación desplegada en la pieza 28 generó más información. Además de registrar su celda, los investigadores entraron en el domicilio familiar de Villarejo y el resultado fue, además de esa batería de agendas, la incautación de notas informativas y una batería de archivos digitales cuyo contenido está pendiente de análisis . El juez ha prorrogado el plazo para procesar esa información hasta mediados del mes de junio.