Jatami sólo estrechó la mano del Rey y se limitó a saludar sonriente a la Reina
MADRID. Sonriente, pero estrechando la mano sólo a los hombres y limitándose al saludo verbal con las mujeres. Así empezó ayer el presidente de Irán, Mohamed Jatamí, su visita oficial a España, la primera que realiza un dirigente iraní desde la implantación del régimen islamista ... en 1979 tras la caída del Sha. Pero, sobre todo, es la visita que más quebraderos de cabeza ha provocado a los servicios de protocolo para atender las peculiares exigencias de la delegación iraní en cuanto a la ausencia del alcohol en las recepciones y al trato dispensado a las mujeres.
Tras aterrizar en Barajas, Jatamí se dirigió a la que será su residencia durante su estancia en Madrid, el Palacio de El Pardo, donde fue recibido oficialmente por Sus Majestades los Reyes y donde una compañía de la Guardia Real le rindió honores de jefe de Estado.Pero en esos momentos toda la atención estaba concentrada en la forma en que el dirigente iraní saludaría a la Reina, en especial, y a las señoras que asistieron a la ceremonia de bienvenida: la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi. A los hombres ya se sabía que les estrecharía la mano, como hizo con el presidente del Gobierno, José María Aznar; el presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón; el alcalde, José María Álvarez del Manzano, y el presidente del Senado, Juan José Lucas, entre otras autoridades civiles y militares que asistieron al acto.
Trajes de chaqueta La otra cuestión eran los vestidos escogidos para la ocasión por las señoras presentes en la ceremonia. Las tres eligieron un traje de chaqueta completamente occidental: Doña Sofía en color amarillo, Rudi en verde manzana y Palacio, de negro riguroso, desde los zapatos hasta la chaqueta, pasando por las medias y la falda, lo que provocó diversos comentarios en la tribuna de la Prensa, aunque el negro es un color muy frecuente en el armario de la ministra. Sólo se vió en el Palacio de El Pardo un velo negro cubriendo una cabeza, era la de una intérprete que formaba parte de la delegación iraní.
Cuando Jatamí se bajó del histórico Rolls-Royce oficial que le trasladó desde Barajas, vestido con una larga túnica negra que dejaba entrever otra interior azul grisácea, lo primero que hizo fue estrechar la mano de Don Juan Carlos. Después, el Rey le presentó a Doña Sofía, a quien Jatamí saludó sonriente, pero sin reverencias ni gesto alguno. De esta misma forma había saludado minutos antes a Ana Palacio, que le esperaba en el aeropuerto de Barajas. Tras los saludos, se interpretaron los himnos de Irán y España, mientras se dispararon las 21 salvas de ordenanza y se pasó revista a la compañía de la Guardia Real. Los honores que habitualmente se rinden a los jefes de Estado.Después, Don Juan Carlos presentó a Jatamí a cada uno de los representantes de la delegación española y, una vez más, el peculiar protocolo islamista llevó al dirigente iraní a interrumpir su habitual estrechamiento de manos cuando saludó a Luisa Fernanda Rudi, con quien intercambió unas frases, y a Ana Palacio.
Una vez terminadas las presentaciones, los Reyes y el presidente iraní contemplaron desde una tribuna el desfile de las distintas compañías de la Guardia Real, en moto, a pie y a caballo, y fueron precisamente estos magníficos animales los que provocaron comentarios, supuestamente de admiración, por parte de Jatamí. Unos comentarios en los que la Reina también intervino y que parecieron romper el peculiar ambiente surgido de las circunstancias.
Ya por la noche, los Reyes y el Príncipe de Asturias ofrecieron al presidente iraní una cena privada en el Palacio de La Zarzuela cuyos platos fueron escogidos especialmente para satisfacer las exigencias islámicas y, por supuesto, donde no se sirvió alcohol. De esta forma empezó la visita de Estado de Jatamí, presidente de Irán desde 1997 y que representa al sector más tolerante y aperturista de su país, donde la máxima autoridad es el Guía Espiritual, el ayatolá Jamenei, que controla el poder judicial y policial.
La visita, que terminará el próximo jueves, tiene como objetivo profundizar las relaciones políticas y económicas entre España e Irán. En este sentido, hoy está previsto que los presidentes Aznar y Jatamí firmen un Acuerdo de promoción y protección recíproca de inversiones, destinado a facilitar la presencia de empresas españolas en Irán y de las iraníes en España, así como la rúbrica de otros acuerdos en materia aduanera y turística. En concreto, se trata de contratos por valor de casi 5.000 millones de euros en los sectores del petróleo, gas, turismo y hostelería, entre otros. No obstante, en la reunión entre ambos dirigentes también se abordará el respeto a los derechos humanos.Por parte de Irán, se espera que esta visita sirva para profundizar el «diálogo entre civilizaciones», que culminará en el Foro de las Culturas (Barcelona 2004), y que ayude a romper el aislamiento internacional del régimen de Teherán, al que Estados Unidos incluye, junto a Irak y Corea del Norte, en el denominado «eje del mal». En concreto, las relaciones hispano-iraníes podrían constituir un puente para acercar a Teherán con la Unión Europea.
Jatamí, con fama de ser un apasionado por la cultura, también tiene previsto pronunciar esta tarde una conferencia en la Universidad Complutense sobre «Cervantes y las realidades de nuestro tiempo». Después, los Reyes le ofrecerán una recepción en el Palacio Real, en lugar de la tradicional cena de gala. De esta forma, se evita el brindis con cava que sigue a los discursos y que el protocolo iraní quería suprimir.
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