El 15-M cerca la casa de Barberá
Decenas de manifestantes rodearon la vivienda de la alcaldesa de Valencia durante horas
A. CAPARRÓS
Un grupo de exaltados aprovechó ayer la manifestación convocada por el movimiento 15-M para cercar literalmente la casa de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Durante horas, decenas de manifestantes profirieron insultos contra la dirigente a través de un megáfono frente al edificio donde ... reside la dirigente del Partido Popular. Los «indignados», en lugar de hacer el itinerario habitual, discurrieron por la calle en la que vive la alcaldesa para dirigir directamente sus iras contra Barberá.
Rita Barberá se puso en contacto directo con el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, para reclamar algún tipo de solución al asedio que estaba sufriendo, toda vez que no obtuvo respuesta de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Ana Botella. Barberá criticó que la manifestación se haya dirigido hacia su persona y aseguró que no se puede consentir que un grupo haga una sentada ante su puerta y megáfono en mano le insulte y le diga «barbaridades». «Es una sinvergonzonada intolerable, estos de pacíficos no tienen nada», señaló la alcaldesa.
Se trata del segundo episodio de ataques directos contra dirigentes políticos por parte del colectivo de «indignados». El primero en sufrir el asedio fue el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, quien en la noche del pasado lunes fue perseguido e insultado por medio centenar de individuos mientras transitaba por la vía pública en las cercanías de su domicilio. La protesta fue convocada desde redes sociales y webs de «indignados» del 15-M.
Los edificios institucionales valencianos fueron objetivo de los manifestantes. A los incidentes registrados frente al Congreso, el Parlamento catalán o las Cortes Valencianas, ayer se sumó el Ayuntamiento de la capital del Turia. Así, al término de la manifestación, los «indignados» también cercaron de forma simbólica el edificio del Consistorio.
La marcha en Valencia concentró a miles de personas —80.000 según la organización, mientras que las autoridades no ofrecieron estimaciones— en un ambiente inicialmente festivo, que derivó en las protestas frente al propio domicilio de la alcaldesa de Valencia. Tras la manifestación, los «indignados» regresaron a la Plaza del Ayuntamiento, donde decidieron mantener la acampada.
Barberá ha explicado que ha intentado ponerse en contacto con la delegada del Gobierno, Ana Botella, para expresarle su queja, pero al no poder contactar con ella ha decidido llamar directamente a Rubalcaba para trasladarle la situación. Según la alcaldesa, Rubalcaba ha atendido la llamada "con toda la cortesía" y ha asegurado que analizaría lo ocurrido. Los manifestantes, en lugar de hacer el itinerario habitual y pasar ante la audiencia, han discurrido por la calle de la alcaldesa, al otro lado del Parterre, y han decidido hacer una concentración ante su puerta para proferir insultos contra su persona, lo que Barberá, ha considerado "lamentable".
A su parecer, es una "sin vergonzonada intolerable" que los manifestantes se paren, se sienten y utilicen el megáfono para ofender e insultar. "Estos de pacíficos no tienen nada", ha señalado Barberá, quien ha calificado de "extrema izquierda" al grupo que se ha parado ante su puerta. Según la alcaldesa, no se puede consentir una protesta de este tipo a un representante democráticamente elegido en las urnas y una semana después de haber tomado posesión.
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