Ganar en Castilla-La Mancha y recuperar Baleares, retos del PP para 2011

Apoyo parlamentario

Mientras todas las encuestas auguran que el tripartito catalán no volverá a sumar una mayoría absoluta, no sería la primera vez que el PP apoyase parlamentariamente a CiU. Otra cosa sería que quisiera dar un paso más en la gobernabilidad de Cataluña si los convergentes aceptan. En este sentido, ven muchas más posibilidades de un gobierno de coalición CiU-PP en el Ayuntamiento de Barcelona que en la Generalitat.

Pero es en Castilla-La Mancha donde los populares anhelan el triunfo. A diferencia de otras Comunidades, donde no sólo les basta ganar sino que tienen que obtener mayoría absoluta para evitar pactos postelectorales, en tierras castellano-manchegas todo se dirime entre el PSOE y el PP. Treinta años ininterrumpidos de socialismo hacen de esta plaza un oscuro objeto de deseo por parte de Rajoy, que tiene de candidata a su «número dos», María Dolores de Cospedal.

El PP ve también posibilidades de triunfo en Baleares, donde el partido celebra congreso el 6 de marzo. Con una fortísima crisis institucional, el PP confía en que el nuevo equipo de José Ramón Bauzá haga olvidar los casos de corrupción en que se han visto inmersos, al tiempo que creen que la situación de Matas ya está amortizada.

En Aragón reconocen, sin embargo, muchas más dificultades para el triunfo. Rajoy apostó por su baza aragonesa más importante, Luisa Fernanda Rudi, aunque en buena parte depende de lo que saque y haga el PAR. Aspiran a que el cambio del socialista Marcelino Iglesias por Eva Almunia facilite al PP el entendimiento con los regionalistas.

Génova también alberga algún temor respecto a La Rioja. El «decano» de los presidentes populares, Pedro Sanz, tiene mayoría absoluta por tan sólo un escaño, pero algunos sondeos comienzan a dar al PP cerca de la mayoría absoluta en Cantabria.

La teoría se formula de manera sencilla en el PP: «conservar lo que tenemos, ganar Castilla-La Mancha y recuperar la mayoría absoluta en Baleares». Si además son determinantes en Cataluña, con un PSC fuera del Gobierno, Rajoy puede darse por satisfecho.

Murcia, Comunidad Valenciana y Castilla y León no parecen presentar dificultades. Madrid es otra cosa. En la dirección nacional del PP no saben calibrar hasta qué punto UPyD puede ser un elemento desestabilizador.

También se hacen muchas preguntas en Asturias, de las pocas que carecen de candidato, al menos oficioso, a la presidencia del Principado.

Extremadura se antoja inalcanzable mientras que Navarra es una gran incógnita.