Félix Sanz Roldán, la obsesión de Villarejo
Para el excomisario, el director del CNI es su auténtica «bestia negra», el objetivo que quiere abatir para intentar blanquearse, de momento sin ningún éxito
La animadversión de José Manuel Villarejo por Félix Sanz Roldán saltó a la luz pública en una entrevista televisiva que concedió el primero, pero venía larvándose desde hace bastante tiempo, exactamente desde que el director del CNI decidió que no tendría trato de ningún tipo, ni consentiría los métodos ilegales que, según sus informaciones, utilizaba el ahora recluso.
Una de las primeras veces que pudo comprobar los tejemanejes del policía fue con motivo de la operación Emperador , que el «agente encubierto» -así le gusta llamarse a pesar de que esa figura no está reconocida como él se la atribuye-, quiso echar abajo cuando supo que su hijo salía en un informe de Asuntos Internos. Aquella investigación la dirigió Anticorrupción y a partir de ese momento esa fiscalía también fue su objetivo.
En lo que no miente Villarejo es en que todos los gobiernos, tanto del PSOE como del PP, le han protegido y hecho encargos delicados. Otra cosa es que él se haya aprovechado de eso para su lucro personal, hasta el punto de que su patrimonio creció gracias en buena medida a trabajos hechos con información de bases de datos confidenciales.
Ayer mismo Moncloa.com reveló cómo Villarejo cobró 750.000 euros del BBVA en 2005 por conseguir información para desacreditar a Luis del Rivero (Sacyr), Juan Abelló y Miguel Sebastián , entonces jefe de la oficina económica del Gobierno de Zapatero. Los dos primeros querían hacerse con el control del banco.
Para su trabajo, hecho con «procedimientos de respuesta clandestinos» según él mismo afirma, accedió a bases de datos confidenciales sólo al alcance de altos funcionarios del Estado.
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