La explosión provocó que ardieran 8.600 metros cúbicos de gasolinas refinadas
Los expertos prefirieron esperar a que se consumiera el combustible antes que atacar directamente el fuego. La gran nube de humo que formó no era tóxica
MADRID. Los expertos de Repsol-YPF se mostraban anoche muy cautos sobre las posibles causas del suceso, ya que hasta que no se extingan por completo las llamas no se podrá acceder a la zona de almacenamiento en la que se produjo la explosión y, ... por tanto, realizar una inspección de la misma. A esas horas, lo principal era asegurar que las llamas no alcanzaran el resto de cubetas y demás instalaciones de la refinería, para lo que se habían adoptado dos decisiones: colocar a la central en situación de parada segura, lo que supone la paralización de todos los procesos que en ella se realizan, y utilizar los medios necesarios para que las temperaturas en la zona no sean extremadamente altas, lo que entrañaría riesgos importantes. En algún momento se llegó a pensar en activar el plan de seguridad exterior, si bien finalmente no fue necesario.
De acuerdo con el plan de seguridad establecido por la compañía para casos como éste, los responsables de la extinción de las llamas utilizaron productos químicos para enfriar tanto el perímetro de la cubeta siniestrada como las distintas canalizaciones.
No se destruyen
En la cubeta donde se produjo la explosión mortal hay siete tanques con combustible que ardieron en su totalidad, ya que los expertos prefirieron esta opción antes que atacar directamente las llamas. Los técnicos de la compañía explicaron que estos tanques, de forma cilíndrica, están diseñados para no desplomarse en el caso de que se produzca un incendio.
De acuerdo con el Procedimiento de Seguridad aprobado se activó el Plan de Ayuda entre Refinerías y, para reforzar al personal de la instalación ciudarrealeña, se desplazó personal de los Destacamentos de Lucha contra Incendios de las refinerías de Tarragona, La Coruña y Cartagena.
En total, allí se almacenaban 8.600 metros cúbicos de gasolinas refinadas. La compañía precisó desde el primer momento que el humo provocado por el siniestro no era tóxico, por lo que no existía ningún peligro para los vecinos de Puertollano. En este sentido, el centro de vigilancia de la Contaminación Atmosférica de Puertollano, dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha confirmó que la situación atmosférica de esta localidad era de «absoluta normalidad». Las medidas de los contaminantes atmosféricos se realizan cada 15 minutos y son enviadas automáticamente a los Centros de Control de Datos situados en Toledo (Consejería de Medio Ambiente) y de la localidad afectada.
Dada la gravedad del suceso, uno de los peores de este tipo de la historia de España, acudieron al complejo de Puertollano el presidente ejecutivo de Repsol YPF, Alfonso Cortina y el consejero delegado de la compañía Ramón Blanco. A lo largo de toda la jornada ambos responsables estuvieron recopilando información para tratar de ir perfilando el informe técnico que dé las respuestas exactas a una tragedia como ésta.
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