La doble cara de Sánchez: de víctima de «poderes ocultos» en España a «actor global» en el exterior
El presidente del Gobierno refuerza, en la misma semana, dos perfiles antagónicos, uno anti-establishment a nivel doméstico y otro atlantista y favorable a aumentar el gasto militar en el plano internacional
Pedro Sánchez: «Mi Gobierno es golpeado por los poderes económicos y sus terminales mediáticas»
El jefe del Ejecutivo intenta convencer a sus socios de la izquierda para elevar al 2% del PIB el gasto en defensa en 2029
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Iniciar sesiónPedro Sánchez afronta un momento decisivo de su carrera política, marcada, desde que fuese elegido hace casi una década secretario general del PSOE, por varias disrupciones bruscas -singularmente la que le llevó a abandonar y recuperar la jefatura de su partido entre 2016 y 2017- ... que le han forjado como líder. Ahora, cuando ha cumplido cuatro años en La Moncloa , y con el reciente éxito de la cumbre de la OTAN celebrada esta semana en Madrid , que le ha permitido lucir imagen internacional, encara el último año y medio de la legislatura , siempre que cumpla con el compromiso repetido hasta la extenuación de agotar el mandato. En esta recta final, que tendrá la decisiva reválida de las generales frente a Alberto Núñez Feijóo , el jefe del Ejecutivo intentará sostener un difícil y curioso equilibrismo entre esa proyección exterior y sus más que evidentes problemas políticos domésticos , de los que el reciente fracaso socialista en las elecciones autonómicas en Andalucía es solo la confirmación de una acusada mengua electoral que se llevaba tiempo observando.
Ante esto último, y después de asumir la propuesta de su socio, Unidas Podemos , de gravar fiscalmente a las compañías energéticas para combatir la crisis inflacionista , con la creación de un nuevo impuesto a sus «beneficios extraordinarios» que complementará las medidas ya aprobadas para contener el alza de los precios, Sánchez ha optado por una acentuada retórica 'anti-establishment' .
La misma que ya le dio resultado en la citada batalla interna en el PSOE, cuando logró doblegar en las primarias celebradas en 2017 a la entonces presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz . En aquel momento llegó a señalar a algunas empresas del Ibex-35 por haberle presionado cuando rechazó facilitar con una abstención la investidura de Rajoy. Seis años después, desde el pasado fin de semana, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que dio luz verde a un nuevo decreto de ayudas, y pasando por las varias entrevistas concedidas durante el evento de la Alianza Atlántica celebrado en nuestro país, repite invariablemente que está al frente de un Gobierno «molesto» para los «poderes económicos» y sus «oscuros y ocultos» intereses. Lo hacía esta semana al mismo tiempo que se entrevistaba con algunos de los dirigentes más importantes y poderosos del mundo, destacadamente el presidente de EE.UU., Joe Biden , con el que tuvo su primera entrevista el pasado martes.
Emulando a Jano Brifonte, el dios de las dos caras de la mitología, Sánchez adopta sendas vertientes que cree reforzarán su proyecto político. Una de puertas hacia fuera de España, y que engarzará con el semestre de presidencia rotatoria de la Unión Europea (UE) que corresponde a España en la segunda mitad de 2023, la principal razón de calendario para agotar la legislatura y convocar elecciones justo al inicio de 2024, cuando se cumplirán cuatro años exactos de la investidura.
La otra cara presidencial, de puertas hacia dentro, tratará de movilizar al electorado de izquierdas , cuya apatía, como se confirmó el pasado 19-J en las provincias andaluzas, la región más poblada de España, es la mayor fuente de preocupación de los estrategas socialistas. Reactivar a ese caladero electoral de cara al ciclo que se avecina, y que tendrá su primera etapa en las municipales y autonómicas de mayo de 2023, se antoja clave para sus posibilidades del PSOE de seguir en La Moncloa.
Agenda doméstica: discurso anti-establishment
Los «poderes económicos» y sus «terminales mediáticas y políticas» vienen a por nosotros, pero «no nos quebraremos». Es, en síntesis, el novedoso mensaje que desde el fin de semana pasado viene poniendo en práctica, por tierra mar y aire, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Lo dijo Pedro Sánchez el 25 de junio durante la rueda de prensa que ofreció en La Moncloa después de que el Consejo de Ministros, reunido un sábado de manera extraordinaria, aprobase otro decreto de ayudas contra la inflación y diese también luz verde a la creación de un nuevo impuesto a los «beneficios extraordinarios de las energéticas». Y lo ha repetido, siempre en mensajes para la audiencia española, durante una semana en la que la cumbre de la OTAN le ha hecho intensificar su agenda mediática, que ha incluido también medios extranjeros.
En la Ser (la única emisora a la que concede entrevistas desde que fue investido presidente) y en La Sexta repitió el argumento y remarcó, irónico, que «no estoy descubriendo América». Fue incluso un paso más allá al acusar al PP y Vox de no representar proyectos políticamente «autónomos», sino supeditados a esos «oscuros y ocultos» intereses que estarían poniendo piedras en el camino del Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos por iniciativas como la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) o como ese nuevo gravamen a compañías eléctricas y petroleras, que se vehiculará a través de una proposición de ley conjunta de los socialistas y los morados. La intención es que entre en vigor el 1 de enero, aunque aplicándose a los beneficios de esas empresas en 2022.
El giro discursivo llevado a cabo por Sánchez, y la asunción de las medidas fiscales expeditivas que planteaba la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, responden también a la estrategia propugnada desde hace tiempo por un sector del PSOE ante la pérdida de votantes que se confirmó el 19-J en Andalucía, como antes en otras citas autonómicas, como Castilla y León o Madrid.
Para estos dirigentes, más próximos al secretario de Organización, Santos Cerdán, que a la número dos, Adriana Lastra, la prioridad en lo que queda de legislatura deben ser las medidas económicas de choque e impacto, antes que las centradas en la agenda feminista, incluida la ambiciosa «abolición» de la prostitución que abandera Lastra.
Exterior: gasto militar y 'realpolitik' migratoria
Un discurso nítidamente atlantista, dispuesto a cumplir con el aumento presupuestario en Defensa que pide EE.UU. y de cierre de filas con Marruecos , al más puro estilo de la ‘realpolitik’. La puesta en escena internacional de Sánchez, que según su equipo se ha consolidado como un «actor global» ejerciendo de anfitrión ante los líderes internacionales reunidos en la cumbre de la OTAN en Madrid, no remite, precisamente, a la de un correoso izquierdista. El perfil que sugieren sus apelaciones recientes contra los «poderosos» y sus «oscuros» intereses.
Algunos de los que le conocen desde hace años, antes de convertirse en presidente, advierten a un dirigente con gran inquietud por lo que sucede fuera de nuestras fronteras. Cuando apenas era un joven militante socialista, en los años noventa, tuvo como mentor al que fuera último ministro de Exteriores de Felipe González , Carlos Westendorp, con el que llegó a trabajar en Bosnia, donde Westendorp fue representante de la comunidad internacional para la paz en los Balcanes. También de joven, según relata en su último libro el presidente del CIS, José Félix Tezanos , se formó un año con un bróker de Wall Street.
De aquellas experiencias surgió, se relata en su entorno, un líder con cierta vocación de diplomático , y el único presidente español hasta el momento, con permiso de José María Aznar , que habla inglés. Un idioma que puso en práctica esta semana tanto en el plenario de la OTAN como en sus comparecencias con Biden y con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau .
Es precisamente esa cara hacia fuera del Jano Brifonte presidencial la que le enfrenta con sus aliados de izquierda en casa. Su compromiso para aumentar de aquí a 2029 el gasto en las Fuerzas Armadas hasta un 2% del PIB, como pide EE.UU. complica los próximos Presupuestos Generales del Estado, dada la oposición de Unidas Podemos. Tampoco es del agrado de sus socios el acuerdo para aumentar la flota norteamericana en Rota (Cádiz) en otros dos destructores, aunque en esta ocasión, al no ser una medida presupuestaria, no habrá problemas para aprobarla con el apoyo del PP.
Y lo que definitivamente pone un abismo entre Sánchez y Podemos es su defensa cerrada de Marruecos tras el trágico salto a la valla de Melilla , que se ha saldado ya con decenas de muertos. Pero el acuerdo con Rabat que cambia la posición española tradicional sobre el Sahara es una de las piedras angulas de su política exterior, a la que esta cara del presidente Sánchez no piensa renunciar.
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