Diputados locos con su iPad

Al terminar la pasada legislatura, la Mesa presidida por José Bono decidió dar la bienvenida a las nuevos diputados, elegidos el 20 de noviembre, con un « kit tecnológico », compuesto por un iPad 2 y un iPhone 4. Ningún diputado renunció a ello. Otro sí que rechazaron el plan de pensiones, antes de que se generalizara, pero todo el mundo se quedó con las nuevas tecnologías, que han supuesto un gasto de cerca de 500.000 euros para las Cortes.

Al tomar su acta de diputado, una legión de informáticos enseñaron a sus señorías a utilizar el iPad: desde encenderlo hasta enviar correos y, sobre todo, utilizar Twitter.

Twitter es el rey invisible del hemiciclo. No se ve, pero está en todas partes. Decenas de diputados están enganchados a esta red social (unos más que otros), y comentan en directo todo lo que ocurre en el Pleno. Es raro no ver a Carlos Martínez Gorriarán (UPyD), por ejemplo, sin parar de tocar la pantalla de su iPad para introducir decenas de tuits. Santiago Cervera , del PP, uno de los tuiteros más activos. Como miembro de la Mesa, fue el primero en anunciar, en Twitter, la resolución sobre el grupo de Amaiur.

También es cierto que uno de los primeros diputados en usar un iPad para los debates parlamentarios fue Mariano Rajoy . Cuando era jefe de la oposición, sacó su tableta para repasar ante Zapatero los datos de la crisis económica, sin usar ningún papel. Rajoy se sacudía así de la imagen de antiguo que había intentado endosarle el PSOE, después de referirse a unos papeles «a máquina».

En el otro extremo, entre los que parecen tener alergia a las nuevas tecnologías, podría situarse a Alfredo Pérez Rubalcaba , con un teléfono casi prehistórico que se hizo famoso al comienzo de la legislatura.

Los ordenadores portátiles han pasado a la historia en el Congreso, lo mismo que los empotrados en los pupitres de los diputados en el salón de plenos, después de una costosa obra que llevó a cabo el ex presidente del Congreso Manuel Marín. Prácticamente nadie utiliza ya esos medios para informarse o para comunicarse.

Es cierto que muchos diputados, sobre todo los nuevos, se zambulleron tanto en los misterios de las tabletas y los teléfonos inteligentes que quisieron sacarle el máximo partido, incluso a la hora de hacer fotos. Las primeras semanas de esta legislatura era habitual ver a sus señorías haciéndose fotos entre ellos desde los escaños. El presidente del Congreso, Jesús Posada, se lo ha prohibido. Tuitear, sí, lo que se quiera; posar para las fotos durante los debates parlamentarios, ya era demasiado.