ETA descarta una tregua por miedo a perder influencia en la política vasca
La banda terrorista pasa por el peor momento de su historia y sabe que sólo un atentado brutal le haría recuperar el protagonismo. Lo intentó el miércoles y lo intentará más veces. Es consciente de que su única fuerza son las armas. Y eso la ... hace especialmente peligrosa en estos momentos
ETA vive los peores días de su historia y precisamente por eso resulta especialmente peligrosa. Está acorralada, debilitada, desorganizada y confusa por los continuos golpes policiales que ha recibido tanto en España como en Francia y necesita desesperadamente matar para recuperar el protagonismo perdido. Los analistas del Ministerio del Interior consideran que la operación del miércoles demuestra de forma nítida que la banda no tiene previsto, al menos a medio plazo, declarar una tregua. En su actual situación una iniciativa de este tipo sería interpretada como una señal evidente de flaqueza y su capacidad de influencia en la política vasca quedaría muy reducida. Su única fuerza es la de las armas y sin ellas ETA pasaría a ser un grupo residual de derrotados.
Los últimos meses han sido especialmente duros para la banda. Ha caído la cúpula del «aparato militar», el de logística está debilitado, tiene problemas de financiación tras la ilegalización de los partidos y organizaciones que la apoyaban y el desánimo cunde entre sus presos, hasta el punto de, como se vio en octubre, no secundar las protestas ordenadas desde la dirección etarra. La cooperación con Francia ofrece cada vez mejores resultados, los servicios de información españoles trabajan al otro lado de los Pirineos con la misma libertad de movimientos que en España y en estos momentos el grado de conocimiento sobre los pistoleros y la estructura de ETA ha alcanzado cotas desconocidas hasta ahora. Los terroristas saben que si se mueven tienen muchas posibilidades de ser detenidos, y eso no sólo dificulta la comisión de atentados sino incluso el transmitir las órdenes.
Los analistas de Interior destacan que la documentación intervenida a la cúpula del «aparato militar» demostraba que la banda quería cometer un atentado de forma inmediata, y por eso las Fuerzas de Seguridad estaban en alerta. Se sabía, además, que la Navidad es un periodo especialmente sensible por la repercusión que una matanza produciría en la opinión pública, y que Madrid es objetivo preferente de los etarras. En las navidades de 1999 ya intentaron volar la Torre Picasso y el año pasado se detuvo a dos etarras que iban a colocar artefactos en centros comerciales, en una operación en la que fue asesinado un guardia civil de Collado-Villalba.
Fuentes de la investigación consideran que la operación del miércoles aporta una buena radiografía de ETA. Los dos terroristas detenidos ya ni siquiera proceden de la «kale borroka», hasta ahora semillero de la banda, sino que pasaron directamente a formar «comandos», con una nula preparación. Lo demuestra el hecho de que la única bomba que estalló lo hizo 18 horas antes de lo previsto por los criminales. Además, su modo de actuar, muy precipitado, indica que recibieron la orden sólo unas horas antes, «prácticamente por teléfono», sin tener tiempo de preparar el atentado. Finalmente, es significativo que los pistoleros ni siquiera fueran a subir al tren, lo que sugiere que la banda no dispone de infraestructura estable en Madrid. De hecho, en estos momentos se considera que tiene un «comando» en Guipúzcoa y Navarra, que podría ser itinerante, y otro en Vizcaya que recibe apoyo desde Francia.
Los expertos de Interior consideran que se está en un momento crítico en la lucha contra ETA. En su opinión, la derrota policial de la banda está más cerca que nunca, aunque aún los terroristas tienen capacidad de matar y volverán a intentarlo. Su aislamiento es cada vez mayor. Un PNV nítidamente posicionado en el bando de los demócratas allanaría el camino.
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